jueves, 4 de diciembre de 2025

SAN CARLO DE JESÚS ACUTIS DE ASIS


                                       


NO JUGABA, PREPARABA UNA CATEQUESIS EN LENGUAJE DE IMAGEN

JUEVES I

Del Comentario de san Efrén, diácono, sobre el Diatéssaron
(Cap. 18, 15-17: SC 121, 325-328)

ESTAD PREPARADOS, CRISTO VENDRÁ NUEVAMENTE

Para que los discípulos no le preguntaran sobre el tiempo de su venida, Cristo les dijo: Por lo que se refiere a aquella hora, nadie sabe nada; ni los ángeles del cielo ni siquiera el Hijo. No toca a vosotros conocer el tiempo y la ocasión. Lo ocultó para que estemos prevenidos y para que cada uno de nosotros piense que ello puede tener lugar en su propio tiempo. Pues si Cristo hubiera revelado el día de su venida, ésta se hubiera tornado un acontecimiento indiferente y ya no sería un objeto de esperanza para los hombres de los distintos siglos. Dijo que vendría, pero no dijo cuándo, y por eso todas las generaciones y épocas lo esperan ansiosamente.

Aunque el Señor estableció las señales de su venida, sin embargo, en modo alguno conocemos con exactitud su término; pues estas señales aparecen de muy distintas maneras y pasan, y algunas de ellas todavía perduran. Con la última venida pasará algo semejante a lo que pasó con la primera.

Así como los justos y los profetas esperaron al Mesías pensando que se había de manifestar en su tiempo, también hoy cada uno de los cristianos desea que llegue ep sus propios días. Cristo no reveló el día de su venida, principalmente por esta razón: para que todos comprendieran que aquel a cuyo poder y dominio están sometidos los números y los tiempos no está sujeto al destino ni a la hora. Pero el que desde toda la eternidad había determinado este día y describió detalladamente las señales que lo precederían ¿ cómo podía ignorarlo? Por eso con aquellas palabras invitó a considerar sus señales, para que, desde entonces y para siempre, las generaciones de todos los siglos pensaran que su venida podría acontecer en su tiempo.

Estad en vela, porque cuando el cuerpo duerme es nuestra naturaleza la que domina y obramos no guiados por nuestra voluntad, sino por los impulsos de nuestra naturaleza. Y cUando un pesado sopor, por ejemplo, la pusilanimidad o la tristeza, domina al alma, ésta es dominada por el enemigo y, bajo los efectos de ese sopor, hace lo que no quiere. Los impulsos dominan a la naturaleza y el enemigo al alma.

Por lo tanto, el Señor recomendó al hombre la vigilancia de todo su ser: del cuerpo, para que evitara la somnolencia; del alma, para que evitara la indolencia y la pusilanimidad, como dice la Escritura: Despertaos, como conviene; y: Me levanté y estoy contigo; y también: No desfallezcáis. Por eso, investidos de este ministerio, no sentimos desfallecimiento.

REFLEXIÓN

No acobardarnos, en cualquier época y más, después de 21 siglos como nosotros actualmente, frente a las continuas marejadas y tormentas que se levantan, sin la fecha exacta de la aparición del Señor. La definitiva. Ha sido piedra en el camino esta inquietud que provoca dudas, indiferencia, volverse a lo tangible. Es la verdadera prueba cotidiana de la fe que permanece fiel a la venida constante del Señor en su Iglesia y sus pobres. Aquellos que se han despojado de toda seguridad que haga olvidar la única seguridad-insegura que viene del Espíritu.

miércoles, 3 de diciembre de 2025

PALABRA COMENTADA


 Miércoles 1 de Adviento

Isaías 25,6-10ª



REFLEXIÓN

Aquel día

Entretanto gemimos con ansiedades y miedos por los riesgos que corremos. Aprender la espera y afrontar confiadamente el embate de las circunstancias, que incluso hemos desatado, es una prueba de fe y esperanza.

En Jesús, líder de la esperanza contra toda esperanza, nos queremos inspirar para seguir esperando contra nuestra debilidad.

arrancará en este monte el velo que cubre a todos los pueblos, el paño que tapa a todas las naciones

Basados en el sentido mesiánico, portavoz y portador de salvación total, por su situación de elección de parte de la Palabra, Israel se hizo triunfalista, como si en todo momento, hiciera lo que hiciera, tanto el pueblo como los dirigentes, tenía asegurado el respaldo incondicional del Señor.

Así como distintos pueblos en la historia antigua y reciente, Israel se autoproclamó líder mundial de la salvación de Yavé.

Israel sintió que era obligación del Señor apoyarlo y sacarlo de todas sus aventuras y errores, y encima hacerlo protagonista por encima de los demás pueblos, que le deberían, si no la existencia, sí la gloria del Señor.

Los entendidos en desarrollo humano a través de las diferentes ciencias e investigaciones aplicadas, creen poder distinguir un proceso de maduración que toma años en hombres y mujeres.

Una de las etapas radica en una autoafirmación autocentrada, egocéntrica, necesaria para definir la propia identidad y valor, pero que resulta perversa cuando se extiende más allá de lo necesario.

Solo la realidad de frustración y contratiempos va labrando una autoimagen más cónsona a la convivencia en equidad con los otros.

Así Israel debió aprender y, con nosotros el nuevo Israel, seguir aprendiendo, en qué consiste el verdadero mesianismo y la misión de salvación entre los pueblos.

El Señor Dios enjugará las lágrimas de todos los rostros

Entretanto felices si lloramos, de acuerdo a las felicidades del Sermón del Monte.

"Aquí está nuestro Dios, de quien esperábamos que nos salvara; celebremos y gocemos con su salvación

Todo evoluciona tan rápidamente que casi no da tregua.

Buscamos cómo hacer para ayudar al necesitado, pero no se nos ocurre.

Sólo podemos implorarte humildemente que tu voluntad sobre nosotros se haga, y lo comprendamos y aceptemos y demos gracias.

En algunos momentos iremos degustando los preámbulos del festín final. Son los anticipos de la paga. Recompensas para que no perdamos ánimo.

Gozar esos momentos en fraternidad es una consolación que reduce nuestra desesperanza e inconformidad, y alienta el fuego de la paciencia.

En los ejercicios espirituales ignacianos son momentos de gracia que, como el maná, no se pueden acumular sino disfrutar, y en ellos construir la fortaleza para lo que venga en el futuro.

Salmo responsorial: 22



REFLEXIÓN

El Señor es mi pastor, nada me falta

me conduce hacia fuentes tranquilas

Porque ahora son aguas tumultuosas.

Y lo que trae sonido estridente no parece del buen espíritu.

Preparas una mesa ante mí, / enfrente de mis enemigos; / me unges la cabeza con perfume, / y mi copa rebosa

Mientras más inclusivo sea el festín más de Dios será.

No deben faltar ni los enemigos, que según la costumbre semita, estaban protegidos de cualquier acechanza, aun la propia, si se sentaban a mi mesa.

Porque la mesa es un santuario.

Me guía por el sendero justo

Aunque camine por cañadas oscuras, / nada temo

Tu bondad y tu misericordia me acompañan / todos los días de mi vida

Tu modo de ser más allá de lo imaginable, pero que alienta por su bondad y benignidad.

Mateo 15,29-37



REFLEXIÓN

Jesús, bordeando el lago de Galilea, subió al monte y se sentó en él

Parece una alusión premeditada y calculada: sentarse en el monte es decir, para los conocedores de las escrituras, que Jesús es ese Señor Dios que prepara un festín final. Y que el de Moisés no se le compara.

"Me da lástima de la gente, porque llevan ya tres días conmigo y no tienen qué comer.

Jesús anticipa ese festín para ahora por la necesidad de la gente, que como boceto de nuevo pueblo, encaravanado lo va siguiendo.

El Señor anticipa el final por amor cuando la carencia mueve sus entrañas.

"¿De dónde vamos a sacar en un despoblado panes suficientes para saciar a tanta gente?"

La voz de la impotencia y el realismo craso, no es un buen acompañamiento apostólico de la Palabra, porque no da testimonio del verdadero Dios, sino de mezquindades humanas.

Tomó los siete panes y los peces, dijo la acción de gracias, los partió y los fue dando a los discípulos, y los discípulos a la gente

También es calculada la colaboración de sus discípulos, porque la anticipación del festín de la equidad no la hace solo la Palabra sino también la libertad de hombres y mujeres, a quienes la carencia de otros les mueve las entrañas.

Está en nuestras manos, en colaboración con la Palabra, ir anticipando el festín de la fraternidad.

De lo que se puede dar, el Señor hace más, pero espera de nuestra generosidad.

Como el ofertorio de la misa es un momento de devolución generosa al Señor, para que Él en su misericordia, multiplique.

Siempre es posible hacer algo más para que el Señor sienta nuestra invitación de multiplicar nuestro aporte.

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Miércoles 1 de Adviento

Isaías 25,6-10a

Se puede decir que Jesús recoge el sueño del profeta sobre el banquete final como nueva vida o nuevo modo de vivir, nunca visto. Lo empieza a cumplir dando de comer, pero quiere anticipar en nosotros las esperanza que nos ha de sustentar siempre: una nueva vida interminable.

Salmo responsorial: 22

Haciéndolo así Jesús se relaciona con el Pastor que es Dios, quien guía y protege a su pueblo, propiciando comida y bebida. El Pastor es la imagen de un Dios compañero y providente. Lo cual disgusta mucho a quienes creen que nos bastamos solos para resolver nuestros asuntos.

Mateo 15,29-37

Jesús se distingue por sentir la necesidad de otros y otras, en este caso, aquellos que pendientes de sus enseñanzas, están con hambre física y no pueden hallar comida en ese paraje y momento. Jesús es así un líder empático, compasico y proactivo, porque busca ayuda entre sus discípulos en primer lugar, y después en su Padre, para que a través de él intervenga.