miércoles, 24 de marzo de 2021

DOCTORES DE LA IGLESIA

 

Miércoles V semana de Cuaresma

San Agustín Comentario a los salmos 85,1

No pudo Dios hacer a los hombres un don mayor que el de darles por cabeza al que es su Palabra, por quien ha fundado todas las cosas, uniéndolos a él como miembros suyos, de forma que él es Hijo de Dios e Hijo del hombre al mismo tiempo, Dios uno con el Padre y hombre con el hombre, y así, cuando nos dirigimos a Dios con súplicas, no establecemos separación con el Hijo, y cuando es el cuerpo del Hijo quien ora, no se separa de su cabeza, y el mismo salvador del cuerpo, nuestro Señor Jesucristo, Hijo de Dios, es el que ora por nosotros, ora en nosotros y es invocado por nosotros. Ora por nosotros como sacerdote nuestro, ora en nosotros por ser nuestra cabeza, es invocado por nosotros como Dios nuestro. Reconozcamos, pues, en él nuestras propias voces y reconozcamos también su voz en nosotros.



REFLEXIÓN

Galimatías acomodaticio? Predicar de Jesús lo sublime y lo abyecto: será posible una yuxtaposición de identidades, como un actor de teatro que velozmente cambia su vestuario para asumir sendos personajes: el divino y el humano? Hemos de reconocer que atolladeros como éstos nos han alejado en el presente de la persona de Jesús de Nazaret, y preferimos quedarnos con el hombre, porque el divino no sentimos que encaja. Pero a pesar de eso, quienes lo conocieron, sus apóstoles, mujeres discípulas y favorecidos no pudieron sustraerse al misterio que emanaba con su decir y hacer. Y no pudieron explicar ese magnetismo más que divinizándolo rabiosamente, aunque los otros no lo entendieran y aun lo persiguieran. Sin conocerlo y tratarlo no daremos con ese misterio y magnetismo, y así experimentar si se da o no esa divinización. Más allá de lo que afirma un dogma.

martes, 23 de marzo de 2021

PALABRA COMENTADA

 

Martes 5 de Cuaresma

Números 21,4-9



REFLEXIÓN

"¿Por qué nos has sacado de Egipto para morir en el desierto? No tenemos ni pan ni agua, y nos da náusea ese pan sin cuerpo."

La Palabra no esconde sino que refleja los sentimientos y las quejas de los itinerantes: cansancio, hambre, sed, hastío…

Los salvados por el Señor pueden acceder al reclamo y al desahogo de la frustración que produce, en algunos momentos, la existencia.

Es indicio del respeto que muestra el Señor por su pueblo, y la condescendencia de su amor.

Después de dos mil años de cristianismo, la imagen de Dios es la del Padre de Jesucristo, que tanto amó al mundo que entregó a su hijo.

El Dios castigador, que envía serpientes contra su pueblo murmurador, y que lo muerde y así muchos mueren, no tiene sentido, como castigo de Dios, tal como lo hace saber el texto.

Para nosotros hoy esa es la imagen de un Dios represor, frente al cual no se puede protestar, ni desahogar.

Más adelante en el tiempo, un libro de Job será casi un manual de quejas, frente a un Dios silente en su majestad y autodeterminación, que igual de rápido que lo castigó, por provocación del acusador, lo restaurará, sin mayor explicación.

Jesús también se queja en el huerto de los Olivos: pase de mí este cáliz… o en la cruz: por qué me has desamparado?.

Pero tal como María y su cuestionamiento al ángel de la anuciación, en comparación al ángel que avisaba sobre Juan a Zacarías, los reclamos, cuestionamientos y dudas que se expresan al Señor, son inspirados por diversos espíritus.

Y así unos son aceptables y otros no.

El Espíritu es el que gime en nosotros dice Pablo, y también gime la creación por la corrupción de los seres humanos que la tienen sujeta.

Quizás aquí es donde más cerca llegamos a esto de las quejas ante Dios, por las calamidades que nos sobrevienen.

Hay quejas que ayudan a procesar la propia responsabilidad en la corrupción, o la propia inocencia.

Hay otras que implican poca fe.

El Señor envió contra el pueblo serpientes venenosas, que los mordían, y murieron muchos israelitas

La imagen de un Dios retaliador llevó a ciertos teólogos desde antiguo a seccionar y catalogar un Dios bueno y un Dios malo.

Una tentación que está presente siempre si no se resiste el misterio de Dios, que lo abarca todo.

"Hemos pecado hablando contra el Señor y contra ti; reza al Señor para que aparte de nosotros las serpientes."

Pero si no podemos explicar ese misterio, tampoco es transparente el de la libertad humana.

La Palabra además del reclamo y la queja del itinerante presenta su conversión, que es como un segundo aire, una reformulación del problema.

Es como una dialéctica en la que la queja no es sino el inicio de un proceso de profundización de la fe ante las circunstancias conflictivas.

quedarán sanos al mirarla

Ni siquiera hay que tocarla, que podría ser un extremo burdo o inicial de la conversión.

Al irnos convirtiendo a la Palabra y su designio, realizamos un tránsito de fases y etapas, las cuales no son, necesariamente, ascendentes siempre. Es posible la regresión.

Salmo responsorial: 101



REFLEXIÓN

que mi grito llegue hasta ti

Porque gritar es lo que nos queda.

y se vuelva a las súplicas de los indefensos, / y no desprecie sus peticiones

y los que sirven al designio se deben mover en relación a las quejas de los indefensos, sin despreciarlos.

Incluso los servidores deben convertirse y dejar sus prejuicios y etiquetas sociológicas, sicológicas e ideológicas, para reconocer esas quejas donde se den.

Haz mostrado en circunstancias de la vida que te vuelves, y no eres impasible ni indiferente. No todas las peticiones hacen que te vuelvas. Sólo las que mueve tu Espíritu Santo.

Juan 8,21-30



REFLEXIÓN

moriréis por vuestro pecado.

La casta farisea representaba una ideología de supremacía sobre otros estratos de la población.

No se ha agotado este espíritu clasista. Se infiltra en todos los grupos humanos hasta el presente.

En esa posición se encuentra larvado un juicio de salvación: quien piense y sienta como ellos está salvado para siempre. Ya no corre ningún riesgo en esa salvación.

Jesús de Nazareth, como toda la tradición profética en las escrituras, atacó esa presunción de salvación basada en una etiqueta. Porque la salvación es un don del Padre para beneficio de todos, sin etiquetas.

Donde yo voy no podéis venir vosotros

Tal como son o están o se encuentra al momento.

"Vosotros sois de aquí abajo, yo soy de allá arriba: vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo. Con razón os he dicho que moriréis por vuestros pecados: pues, si no creéis que yo soy, moriréis por vuestros pecados."

Jesús como hijo del Padre celestial representa una instancia sobre toda instancia, que puede juzgar.

Y sin embargo no alienta el prejuicio para favorecer a unos sobre otros, ni rechaza a unos más que a otros.

Más bien muestra una debilidad por los que están en el fondo de esa discriminación.

Moriremos por nuestras injusticias e iniquidades, si no creemos que Jesús es el Señor. Si no creemos vivencial y existencialmente. A lo largo de nuestro vivir. Desde lo hondo de nuestro corazón. Desde la sintonía con el Espíritu que nos inspira la fe.

sino que hablo como el Padre me ha enseñado

Con su misterio pascual, llegamos a entender por fe, que Jesús es el reveledor por excelencia del Padre.

yo hago siempre lo que le agrada.

Es la clave del Espíritu, por la que entendemos cómo unas quejas y lamentos son aceptables y surten que el Señor se vuelva.

Es lo que encontramos en tantos testigos que nos han precedido. Ellos entendieron que se trataba del agrado al Padre, en su voluntad.

muchos creyeron en él.

Porque es la única instancia que nos hace capaz de fraternizar, confiados en la salvación del Padre.

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