Jueves 25
de tiempo ordinario Año Par
Eclesiastés
1, 2-11
REFLEXIÓN
¡Vanidad de
vanidades, dice Qohelet; vanidad de vanidades, todo es vanidad! ¿Qué saca el
hombre de todas las fatigas que lo fatigan bajo el sol? Una generación se va,
otra generación viene, mientras la tierra siempre está quieta.
Lo interesante de este discurso, de
poco aprecio en nuestra cultura de mercado, competitividad y búsqueda de la
realización propia a ultranza, es que haya sido asumido por el Espíritu que
inspira la palabra humana para revelarse.
Nuestra amargura después de los
esfuerzos empeñados en lograr nuestros sueños, ya que el logro nunca es tan
perfecto como el sueño, es asumida como una expresión de la
realidad limitada del ser humano, y la condición de posibilidad del anhelo de
Otro que sea un mejor y más perfecto logro.
Todos los
ríos caminan al mar, y el mar no se llena; llegados al sitio adonde caminan,
desde allí vuelven a caminar
Es interesante que ni el cambio
climático, una de las estrellas mediáticas de nuestro tiempo, y que además es
nuestra cosecha, ha podido cambiar la tendencia : que los ríos desembocan en el
mar.
Por donde veamos a nuestro alrededor,
la realidad nos habla de ciclos que se repiten, para volver a hacer lo mismo.
En la resurrección de Jesús se rompe
este paradigma circular para abrirse a la novedad de la vida nueva, a la que
nos orientamos por esperanza.
nada hay nuevo
bajo el sol
Es la cantinela frecuente en nuestros
mayores, que no gusta a las generaciones jóvenes, ávidas de protagonizar su
propia experiencia y
riesgo, pero que pasando el tiempo se acepta gradualmente.
"Mira, esto es nuevo", ya sucedió en otros
tiempos mucho antes de nosotros
Sin memoria histórica individual y
colectiva, actuamos como sujetos que padecen alzheimer: con olvidos que hacen
peligrar la existencia.
Salmo
responsorial: 89
REFLEXIÓN
Tú reduces el hombre a polvo
Al general romano victorioso que
entraba en Roma en su marcha triunfal, un ayudante se le acercaba con un
mechero en el que ardía una estopa, rápidamente reducida a cenizas, mientras se
le recordaba que así de breve era la gloria del mundo.
Así es la expresión “acuérdate hombre
que eres polvo” en la liturgia del miércoles de ceniza. Nos recuerda nuestra
fugacidad para frenar la soberbia de nuestro existir autosuficiente.
Enséñanos a
calcular nuestros años, / para que adquiramos un corazón sensato
No los años que nos
faltan, para saber hasta donde seguir en placeres y ambiciones, sino la
brevedad de nuestros años, no obstante que sumen decenas y hasta un centenar.
Lucas
9,7-9
REFLEXIÓN
unos decían que Juan había resucitado, otros que había aparecido Elías,
y otros que había vuelto a la vida uno de los antiguos profetas
¿Quién es este de quien oigo
semejantes cosas?
Jesús encarnaba todo eso y más,
porque en él la palabra pronunciada desde siempre cobraba vida y actuaba
soberanamente.
Jesús suscitó una expectativa de la
cual solo los evangelios dan testimonio.
Podría ser que en ellos se plasmara
el engrandecimiento que las comunidades primeras cristianas iban haciendo de su
maestro.
Y que en la realidad Jesús no hubiera
tenido tanta fama real como se decía.
Sin embargo el mensaje más que hablar
de la fama de Jesús nos deja ante una Palabra que aporta una novedad en la vida
de los creyentes y seguidores de Jesús: es alguien trascendental,
significativo, mesías.
Aunque no es el titular de los medios de comunicación de
nuestro tiempo, muchos son
los que van encontrando día a día esta verdad para sus existencias: Jesús es un
mesías, un elegido para un designio, un plan, una novedad que el mismo llamó
reino.
Cuán involucrados nos vemos en esta
novedad?
Y tenía ganas de ver a Jesús.
El enigma de Jesús, paradójicamente
en su indefensión como los anteriores profetas, hacía preocuparse a los
poderosos, porque sus conciencias en ruina resurgían con culpas antiguas.
https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1572914770030002180?s=20&t=uTdp2gpXTNZadACawsyO5A