martes, 27 de julio de 2021

DOCTORES DE LA IGLESIA

 

San Basilio Magno Homilía 3 sobre la caridad 6 


Oh hombre, imita a la tierra; produce fruto igual que ella, no sea que parezcas peor que ella, que es un ser inanimado. La tierra produce unos frutos de los que ella no ha de gozar, sino que están destinados a tu provecho. En cambio, los frutos de beneficencia que tú produces los recolectas en provecho propio, ya que la recompensa de las buenas obras revierte en beneficio de los que las hacen. Cuando das al necesitado, lo que le das se convierte en algo tuyo y se te devuelve acrecentado. Del mismo modo que el grano de trigo, al caer en tierra, cede en provecho del que lo ha sembrado, así también el pan que tú das al pobre te proporcionará en el futuro una ganancia no pequeña. Procura, pues, que el fin de tus trabajos sea el comienzo de la siembra celestial: Sembrad justicia, y cosecharéis misericordia, dice la Escritura.

REFLEXIÓN

Muchas cosas están en contra de una mirada confiada en la eternidad. Entre ellas la tradición. Porque así como la tradición del mensaje evangélico, se sigue llevando a través de los siglos, como un prestigio del tiempo  que pasa y no vuelve, así la dureza de corazón persiste en su tradición de resistir la buena obra y las entrañas aguadas en favor del miserable. Dos tradiciones, una frente a otra, ancianas las dos, robustas y enérgicas las dos, determinadas hasta llegar al final de una de ellas y sobrevivirla para siempre.

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