[175] TRES TIEMPOS PARA HACER SANA Y BUENA ELECCION EN CADA UNO DELLOS.
1º tiempo. El primer tiempo es quando Dios nuestro Señor así mueve y
atrae la voluntad, que sin dubitar ni poder dubitar, la tal ánima devota sigue
a lo que es mostrado; assí como San Pablo y San Matheo lo hicieron en seguir a
Christo nuestro Señor.
[176] 2º tiempo. El segundo: quando se toma asaz claridad y
cognoscimiento, por experiencia de consolationes y dessolaciones, y por
experiencia de discreción de varios espíritus.
[177] 3º tiempo. El tercero tiempo es tranquilo, considerando primero
para qué es nascido el hombre, es a saber, para alabar a Dios nuestro Señor y
salvar su ánima, y esto deseando elije por medio una vida o estado dentro de
los límites de la Iglesia, para que sea ayudado en servicio de su Señor y
salvación de su ánima. Dixe tiempo tranquillo quando el ánima no es agitada de
varios spíritus y usa de sus potencias naturales líbera y tranquilamente.
REFLEXIÓN
[175]
[176] [177] En la época emotivista,
políticamente globalizada y turbulenta que estamos viviendo, casi se puede
decir que el primer tiempo es un don de Dios, que se ha de agradecer, pero más
bien escaso. El segundo tiempo es el que más nos circunda con la famosa y
recurrida sintomatología del estrés. Nuestra existencia es estresada, casi como
nota antropológica. Por lo tanto, hay que emplear tiempo y recursos para
aprender a medirse, en medio de la agitación. Y logrado eso pasar a un tiempo
más sereno, donde priven las razones.
[178] Si en el primero o segundo tiempo no se hace elección, síguense
cerca este tercero tiempo dos modos para hacerla.
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