[189] PARA ENMENDAR Y REFORMAR LA PROPIA VIDA Y ESTADO.
Es de advertir que acerca de los que están constituidos en prelatura o
en matrimonio (quier abunden mucho de los bienes temporales, quier no), donde
no tienen lugar o muy prompta voluntad para hacer elección de las cosas que
caen debaxo de elección mutable, aprovecha mucho, en lugar de hacer elección,
dar forma y modo de enmendar y reformar la propia vida y estado de cada uno
dellos, es a saber, poniendo su creación, vida y estado para gloria y alabanza
de Dios nuestro Señor y salvación de su propia ánima. Para venir y llegar a
este fin, debe mucho considerar y ruminar por los exercicios y modos de elegir,
según que está declarado, quánta casa y familia debe tener, cómo la debe regir
y gobernar, cómo la debe enseñar con palabra y con exemplo; asimismo de sus
facultades quánta debe tomar para su familia y casa, y quánta para dispensar en
pobres y en otras cosas pías, no queriendo ni buscando otra cosa alguna sino en
todo y por todo mayor alabanza y gloria de Dios nuestro Señor. Porque piense
cada uno que tanto se aprovechará en todas cosas spirituales, quanto saliere de
su proprio amor, querer y interesse.
REFLEXIÓN
[189] Una espiritualidad ignaciana desarrollada al máximo involucra
cualquier situación de la vida, para la que se busque aprovechar, crecer,
perfeccionar y santificar. Personal o comunitariamente o familiarmente. Siempre
hay, mientras haya vida, el deseo de mejorar aspectos, detalles, rumbos.
Descifrar encrucijadas, dificultades, obstáculos. Es la oportunidad que brinda
la reforma de vida. Un ejercicio que se puede hacer anualmente o periódicamente,
para mantenernos alinead@s en el sentido del proyecto de vida, según Dios. La
máxima final es una regla de oro, que traduce el camino del seguimiento de la
cruz de Jesucristo, al buscar salir de nuestro amor propio, de nuestro querer y
de nuestro interés.
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