Jueves 7 de Pascua
Hechos 22,30;23,6-11
REFLEXIÓN
me juzgan porque espero la resurrección de los muertos
Hoy
también esperamos la resurrección de los muertos como dice Pablo. En eso nos
hermanamos con los judíos.
Pero la
diferencia es que nuestra esperanza es Jesús resucitado, en quien vemos a
nuestra anticipación y nuestro hombre nuevo, del nuevo eón.
El
énfasis está en el rompimiento con el orden del mundo actual, para plantear la
novedad del reino trascendente.
Pero la
tendencia actual en sectores cristianos por la renovación de los valores
terrenos, ha opacado un poco esa trascendencia y novedad.
y la asamblea quedó dividida
La
astucia, un don sigiloso y pacífico, es una aporte del Espíritu que lleva la
historia, para transformarla en salvación. Los llevados por el Espíritu deben
confiar en ese chispazo que como la piedra en la honda de David, echa por
tierra a los gigantes. Porque en ese modo de proceder se muestra la Gloria del
Señor, que en lo pequeño da señales de su grandeza y en la desproporción su Trascendencia.
Lo mismo que has dado testimonio a favor mío en Jerusalén
tienes que darlo en Roma.
La
conducción del Espíritu ocurre para que se nos ubique en los escenarios donde
debemos dar testimonio para su mayor gloria. Incluso los escenarios de la
prueba
Salmo responsorial: 15
REFLEXIÓN
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti;
Protección
que solicitamos aun cuando el peligro sea incierto y aceche como en la
oscuridad. Porque vivimos tiempos de reclamos y demandas numerosas, de víctimas
que se multiplican, más allá de cierta proporción.
Porque
vivimos en momentos de gran suspicacia y en los que asumimos más bien la
culpabilidad que la inocencia, mientras se demuestre lo contrario.
La
demostración o no llega, o llega tarde, cuando la opinión pública ha
sentenciado o ejecutado, virtualmente, al acusado.
Es como
la sed de sangre de las masas que acudían al circo de las fieras. Lo que
importaba era la diversión y el entretenimiento. El valor, la verdad, la
inocencia, el hacer bien no se tenía mucho en cuenta.
Siempre
ha existido en los pueblos esta tendencia maliciosa y maligna. Pero hoy los
medios de comunicación, engranados en el mercado y la ganancia, contribuyen a
su exacerbación. Son los torquemadas de nuestra era.
Bendeciré al Señor, que me aconseja, / hasta de noche me
instruye internamente
Experimentamos
su Espíritu discerniendo espíritus, de madrugada mientras reflexionamos
insomnes.
Reflexionar
nos hace bien porque da un sentido del Señor en nuestra historia.
mi carne descansa serena. / Porque no me entregarás a la
muerte, / ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción
Nuestra
garantía definitiva es su promesa realizada en JesuCristo.
Me enseñarás el sendero de la vida,
Un
sendero que no se ve sino que se pulsa como el tanteo del ciego, en aprendizaje
permanente.
Juan 17,20-26
REFLEXIÓN
por los que crean en mí por la palabra de ellos, para que
todos sean uno, como tú, Padre, en mí, y yo en ti, que ellos también lo sean en
nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado
Estamos
incluídos en la preocupación de Jesús y en su acompañamiento a nuestro
acompañamiento.
Nuestro
poder de proclamar y predicar en realidad no es nuestro sino del Espíritu de
Jesús.
Las
palabras inspiradas en el mensaje evangélico y transmitidas como consejo a
otros no se pierden, en su aparente inactividad.
Una idea
no muere, e impulsa a través del tiempo esperando la coyuntura apta.
Cuánto
más una voz del Señor convertida en proposición que vive a través de
generaciones, y se mantiene iluminando por el Espíritu que alienta en ella.
Unión
permanente al bueno sin sombras es lo que anhela nuestro débil existencia.
Gemimos porque lo bueno acaba y suspiramos por la unión eterna.
La unión
se deja ver en todos los fragmentos de felicidad que nos permite vivenciar la
existencia, así como en la arena refulgen granos que distribuyen la luz del
sol.
les di a ellos la gloria que me diste,
Les di
el buen nombre, el prestigio, el brillo que me diste.
Vamos en
nuestro ministerio y misión alumbrados por su buen nombre.
para que sean completamente uno
Si algo
es difícil de plasmar en la vida cotidiana, de lo que no hay testimonio en la
historia, es la unión.
Más bien
abunda la división, y hoy que en la sociedad de la información pero del
pensamiento débil y líquido, se producen confrontaciones y polémicas, se hace
más precaria cualquier unidad, y la misión de construirla requiere de mayor
virtud: paciencia, audacia, arrojo, equilibrio.
los que me confiaste estén conmigo donde yo estoy y
contemplen mi gloria
Tanto en
el camino como en su consumación.
Padre justo, si el mundo no te ha conocido, yo te he
conocido, y éstos han conocido que tú me enviaste.
La
imparcialidad del Padre se ha venido manifestando también en Jesús su hijo,
como una responsabilidad por nosotros sus hijos. No es un justo imparcial
impersonal como una ley. Sino una norma viviente que se ajusta a las
condiciones personales y toma en cuenta las vulnerabilidades, como el pastor
que toma a la oveja más débil y la carga.
les daré a conocer tu nombre
No cesa
el acompañamiento de Jesús en su Espíritu, para que nos adentremos cada día en
el misterio insondable del amor del Padre.
Es la herencia y legado de Jesús de
Nazaret: conocer y unirnos en él a su Padre.
https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1661695653569781761?s=20
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Hechos 22,30;23,6-11
Lucas hace de las aventuras y contingencias de Pablo
un mostrario ideal de un plan alineado con el Espíritu y dócilmente seguido. Así
las afortunadas situaciones en las que sale bien librado se miran como un deber
ser por parte del Señor, como algo que está escrito y como un determinismo.
Puede uno quedarse con la sensación de un juego, un algoritmo, que no da
espacio a la supuesta libertad humana. Pero hemos de recordar qué tipo de
literatura y qué misión la inspira: hacer de Palabra de Dios, servir de portavoz
asu intención salvífica en los avatares de la historia, que no pueden ser
previstos totalmente. La experiencia histórica nos ayuda a contrastar con el
silencio de Dios, que no siempre estamos seguros de lo que creemos, ni libres
de angustias por los peligros que confrontomos y los males que padecemos.
Salmo responsorial: 15
Por tanto algunas seguridades que nos presta la
Palabra, son como ayudas, soportes, fuerzas para que nos ubiquemos en el halo
divino y confiemos. Sobre todo eso, confiemos. Esto puede llegar a apaciguar nuestra
aflicción y desesperanza, a veces con mucho esfuerzo.
Juan 17,20-26
Cuando el
apóstol desfallece ante la contrariedad, y la visible esterilidad de su
predicar, incluso con el ejemplo, puede hacer memoria agradecida de esta
oración que el evangelio de Juan rescata de sus recuerdos, sobre la oración que
Jesús hace por aquellos que se dedican a su causa. Para que nos sintamos
respaldados y aceptemos todo fracaso verdadero y en apariencia como un desafío
a creer y esperar y amar más firmemente.
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