Miércoles 34 de tiempo ordinario
Año Impar
Daniel 5,1-6.13-14.16-17.23-28
REFLEXIÓN
Apurando el vino, alababan a los dioses de oro y plata, de bronce y hierro, de piedra y madera
Estaban en un colmo de la ofensa, desfachatez y desvergüenza: profanaban utensilios del templo y adoraban representaciones de dioses.
Para un piadoso israelita era una situación envilecedora e irritante.
Estas insensibilidades para el credo de algunos por parte de otros, minorías o no, se dan con alguna frecuencia en nuestro tiempo, y no sólo por parte de particulares sino también por gobiernos, incluso de estados antiguamente cristianos.
Con decir que se trata de un valor meramente cultural se piensa haber superado la afrenta a la conciencia, y se falla en el respeto, consideración y fraternidad que debemos construir.
Si nos ponemos a buscar quién empezó primero, y de quién es la culpa, no terminaríamos de discutir el origen histórico.
Entre las culpas los católicos y cristianos no están libres, porque también hemos sido irrespetuosos de otras confesiones.
Pero el presente puede edificar una convivencia diferente si nos empeñamos.
Es una obligación moral evitar guerras de religión por causa de la intolerancia y la insensibilidad.
tu reino se ha dividido y se lo entregan a medos y persas
Según los estudiosos Daniel fue escrito mucho después del reinado persa.
Tendríamos entonces aquí una profecía después del hecho, lo cual se puede considerar un fiasco, como adivinación, pero nos ayuda a profundizar el sentido del profetizar en Israel y en Jesús.
Se trata de leer el sentido teológico de los eventos acaecidos para impulsarse en la esperanza frente a los sucesos presentes.
Es como decir: “así como el Señor intervino en este acontecimiento de todos conocidos, así sigue interviniendo hoy”.
La lectura de fe es propia de la fe activa en constante relación con los hechos, a los que otorga un sentido desde la voluntad del Señor.
Vale para el creyente, que según él, es el sentido más real, consistente y profundo de la historia.
Otras mentalidades y otras creencias de otro tipo no aprecian ni utilizan esta clave y más bien la miran con prejuicio.
Un prejuicio contrario es que, una lectura de fe que considera posible y positiva la intervención de Dios, quita al ser humano la dignidad de ser el artífice de su propio destino.
Es una alienación y una irresponsabilidad respecto de su misión humana. Es un buen argumento.
Hay que vivir la experiencia de la fe como lectura teológica de la historia para llegar al inteligencia de una posible colaboración entre un Señor y una criatura asociados en la responsabilidad de los hechos y en el sentido de la vida.
Interleccional: Daniel 3,62-67
REFLEXIÓN
bendecid al Señor
Se puede bendecir al Señor, pero seguir atendiendo responsablemente su creación.
Lucas 21, 12-19
REFLEXIÓN
Os echarán mano, os perseguirán, estregándoos a los tribunales y a la cárcel, y os harán comparecer ante reyes y gobernadores por causa de mi nombre
Se trata del tumulto externo y superficial. El eco de la tribulación de la comunidad por causa de su fe después de Jesús es animada por una profecía, que puede ser después del hecho, como venida del mismo Jesús, dicha no se sabe en qué momento, para dar coraje, firmeza, constancia y esperanza.
Para acercar al Señor del Cielo glorificado el caminar de la comunidad que lucha por serle fiel.
así tendréis ocasión de dar testimonio
Es la misión en medio de la historia
Haced propósito de no preparar vuestra defensa
Tenemos la disposición adecuada si no ansiamos defendernos,
yo os daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro.
Pero sí actuar con poder de la fuerza y la arbitrariedad. No necesariamente el Espíritu nos librará de la fuerza, pero sí de las acusaciones infundadas. Sino que la defensa se construye en las mociones de su Palabra
Él será nuestra primera línea de defensa. Pero la estrategia no ha cambiado.
Su propia defensa fue su Padre, y sus palabras ante los jueces y verdugos fueron la sabiduría del Espíritu.
Empero fue condenado a muerte. A lo cual no hemos de temer, porque la condena no significa que la defensa no ha dado resultado, sino que se hace y ejecuta el Reino del Padre.
Y hasta vuestros padres, y parientes, y hermanos, y amigos os traicionarán, y matarán a algunos de vosotros, y todos os odiarán por causa mía
Lo nunca esperado, ni pensado, ni soñado, que nuestra carne nos repudie.
Estamos avisados y no debemos sorprendernos por la traición que nos puede venir en el ejercicio del testimonio
Estas palabras que el evangelista atribuye a Jesús y como tal son recibidas por la comunidad creyente o orante, se muestran vividas de antemano por el propio Señor. No pide nada que él no haya superado.
ni un cabello de vuestra cabeza perecerá
Lo fundamental estará asegurado.
Nuestra valentía y mar de fondo no es nuestro, sino el don de su apoyo y compañía en nuestro caminar de fe.
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Daniel 5,1-6.13-14.16-17.23-28
La fantasía apologética nos puede conducir a ver un arrebato culposo y tembloroso en aquellos que se jactan de sus logros y fuerzas, y ni se les ocurre pensar en la presencia del Misterio de Amar en la creación y la historia. No siempre será así y moriremos quizás sin ver ese espectáculo de resarcimiento y sabor de la venganza cumplida. Pero es el mensaje que no dudemos que Él está ahí.
Interleccional: Daniel 3,62-67
Bendecir parece un simple y fácil decir, pero el contexto puede ser difícil para explicitar una bendición, y una acción de gracias, porque vivimoes en una secularización en la que el Misterio está arrinconado.
Lucas 21, 12-19
La comunidad recuerda palabras de Jesús para tiempos de tribulación y persecución, por su nombre, que es además de su persona, su evangelio, su verdad completa. Y se pasa por esto porque es un modo de dar fe de que no es por interés personal de ganancia alguna que la fe nos mete en el testimonio del evangelio, sino por un movimiento de amar incoado desde el Espíritu de Jesús, como si nosotros nos convirtiéramos en zarza ardiente, en cuyo fuego también somos afectados, pero con su ayuda tenemos la esperanza de poder testimoniar.
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