sábado, 1 de marzo de 2025

PALABRA COMENTADA

SABADO 7 DE TIEMPO ORDINARIO

Año Impar 

Eclesiástico 17,1-13 

para que se fijaran en ellas, para que alaben el santo nombre y cuenten sus grandes hazañas 

En los ejercicios espirituales de Ignacio esta finalidad se expresa como el Principio y Fundamento de la humanidad: hombres y mujeres. 

Dicho en otra forma es lo que define la vocación y misión humana por excelencia. Se trata de su identidad, realización, sentido de vida, superación, culminación y plenitud. 

Se trata de Jesús de Nazareth. 

Cuando se observa y experimenta el mundo, las sociedades, las culturas, las etnias y toda la diversidad humana en sus muestras de autoglorificación y prepotencia, tenemos que sospechar que algo muy grave está ocurriendo con la humanidad en su conjunto. 

Le está fallando a su propio ser y razón de ser, porque se centro no lo constituye la gloria del Señor sino la propia y exclusiva fama y poder. 

Pero el Señor lo entiende y por eso nos instruye en un fin tan importante como su gloria: amarnos unos a otros. 

Esto también lo glorifica, y así también nos realizamos y llegamos a nuestra plenitud. 

El amor mutuo expansivo de los seres humanos es también su Principio y Fundamento. 

Sus caminos están siempre en su presencia, no se ocultan a sus ojos. 

Hay que abrir los ojos, del cuerpo, del corazón, del alma y distinguir el código de comunicación del Señor, permanentemente presente y vivo, dándonos a entender su mensaje, su voluntad y su designio. 

No es un idioma secreto, ni de magia o brujería. No requiere ritos especiales, ni protocolos complicados y extensos. No es un horóscopo, ni una ouija, ni un fenómeno paranormal o esotérico. 

Son simples mociones, inclinaciones, deseos, volencias que van surgiendo de dentro frente a las ocurrencias, eventos, acontecimientos, hechos de la vida corriente, y que van convergiendo en un rumbo que perfila el designio del Señor. 

La llave para el acceso a esta comunicación omnipresente y amorosa es el hijo del Padre de todas las luces: Jesús y su misterio Pascual: muerte y resurrección. 

Salmo responsorial: 102 

Como un padre siente ternura por sus hijos, / siente el Señor ternura por sus fieles; / porque él conoce nuestra masa, / se acuerda de que somos de barro. 

No obstante nuestro material deleznable, el Señor no maldice antes bendice. No es una existencia de maledicencia sino de benedicencia. Exorciza el mal bendiciendo, para que se produzca la oportunidad de lo bueno, para que se abra el mal a la conversión. Eso es evangelizar. Convertir el mal desde dentro por la convocatoria al bien. 

Pero la misericordia del Señor dura siempre, / su justicia pasa de hijos a nietos: / para los que guardan la alianza 

Cuando vayamos a cerrar nuestros ojos para dormirnos en la eternidad podemos albergar este pensamiento positivo, que nos libra de la angustia del cuidado por los que dejamos atrás. 

Es una alianza en la que Él mira por lo mío y yo por su gloria. Y aunque me desvíe, lo seguirá haciendo, porque su palabra empeñada es eterna. 

Marcos 10,13-16 

En aquel tiempo, le acercaban a Jesús niños para que los tocara, pero los discípulos les regañaban. Al verlo, Jesús se enfadó y les dijo: "Dejad que los niños se acerquen a mí: no se lo impidáis; de los que son como ellos es el reino de Dios. Os aseguro que el que no acepte el reino de Dios como un niño, no entrará en él." Y los abrazaba y los bendecía imponiéndoles las manos 

Cómo es un niño para Jesús.? 

Solo podemos barruntar. Pero en el pasaje los niños se acercaban o eran acercados. No le rehuían.  

En ese momento cultural un niño o niña tenía poco peso en esa sociedad agraria hambrienta de mano de obra para producir. 

Se dice que los niños y niñas saben quién los quiere y se acercan a quien no les hace daño, ni esperan ser maltratados.  

El Reino es así: de los que se acercan confiados y sin temor al Padre de Jesús, a Jesús su enviado.  

A quienes se aproximan al necesitado como quien se acerca a Jesús y se acerca al Padre y entiende que así es el Reino.  

El niño y niña con su acercamiento confiado y transparente, es como una imagen, un sacramento de la pertenencia al reino que es luz y transparencia, acercamiento amoroso y confiado.  

Es todo lo contrario al dolo, el cálculo, la premeditación, el interés propio por encima de todo. 

Qué decir y cómo no llorar, cuando esta confiada entrega infantil es traicionada por un depredador, o un abusador refugiado o escondido en algún rol de servicio al reino? 

Los titulares sensacionalistas, que tiran la primera piedra no son suficientes, antes apilan leños de injusticia en la injusticia del crimen cometido. 

Nuestra perfidia es tal, que al desgarrarnos las vestiduras por el escándalo, ocultamos fingiendo inocencia nuestro crimen secreto, en forma semejante como la gente de poder ocultó a los depredadores. 

Qué poco podemos cambiar sin una autocrítica honesta dispuesta a reparar el daño que sembramos por desviarnos del Principio y Fundamento. 

Jesús sigue siendo nuestro camino porque abrazaba y bendecía con inocencia a los niños, que sabían no iban a ser traicionados por él. 

Con ello Jesús nos muestra quiénes son importantes para el reino, en modo contrario al mercado que sólo da importancia al que produce riquezas materiales, como el niño o niña obligado al trabajo infantil. 

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SABADO 7 DE TIEMPO ORDINARIO

Año Impar 

Eclesiástico 17,1-13 

Salmo responsorial: 102 

Marcos 10,13-16

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