sábado, 18 de marzo de 2023

PALABRA COMENTADA

 

Sábado 3 de Cuaresma

Oseas 6,1-6



REFLEXIÓN

Vamos a volver al Señor: él, que nos despedazó, nos sanará; él, que nos hirió, nos vendará. En dos días nos sanará; al tercero nos resucitará; y viviremos delante de él. Esforcémonos por conocer al Señor

Jesús es el revelador de Dios Padre. Nos induce su conocimiento entrañable, vivencial. Nos comunica su familiaridad porque la vivió y la vive en su eternidad de mediador.

Qué nos comunica? Que los sinsabores, conflictos, dificultades, frustraciones experimentados en nuestra apropiación del proyecto de vida, del Designio, son expresiones del amor del Padre, no son pruebas, ni torturas, ni opresión de un poder prepotente.

Y si nuestro ego los toma mal y se resiste, pero no se convierte a su amor, la pasará peor, aunque inicialmente parezca que va bien. Porque nos alejaremos de la fuente de vida y languideceremos.

Nos despedazamos nosotros, nos herimos nosotros. Él nos acompaña y respeta, aunque su voluntad difiera.

Nuestras decisiones, condicionadas, enmarcadas, contextualizadas, situadas, engendran consecuencias que se constituyen en nuevos contextos, que a su vez constreñirán o influirán, más o menos en las próximas decisiones.

Una maraña que no podemos eludir y con la que sensatamente debemos contar. Y frustrados culpamos al Señor, porque no nos sale la cosa.

Esta es nuestra esperanza: que lo que pasamos sea una prueba de amor, un gesto que lo acerca, una intervención que salva nuestra existencia.

Vivenciarlo así es una muestra de la vitalidad de la fe, que lee las señales y los signos, más allá de su desgracia y calamidad.

Es el esfuerzo por apoyarse más en Él, nuestro Señor, que en nuestro dolor y estupor.

Pero tiene fin, porque lo tuvo y se mantiene en Jesús de Nazareth y su Espíritu con nosotros.

Estamos llamados a vivir una responsabilidad de nuestras decisiones, que engendren condiciones favorables para mejores decisiones y en vez de dañar a terceros, los engrandezcan, con nosotros.

Es la historia reversada, la contra-corriente, la contra-cultura, que hoy laboramos en el Reino de Jesús con dificultades, contrariedades y dolores, pero también con gozo y ánimo.

En breve tiempo, en muy poco tiempo. Porque la esperanza nutre el futuro de una realización, no de una realidad evaporada.

El amanecer se da, de tenue a palpable. La luz viene de suave a intensa. La lluvia temprana y tardía no es tormenta sino bajareque: va empapando, casi sin notarlo.

Es el amor-acción del Señor así: cumulativo, persistente, con imperceptible presión. Nos cerca sin descanso, como el can aguardando un gesto del amo.

Él es Señor y sin embargo lo trastorna todo actuando como siervo.

Dejándonos llevar por su Espíritu iremos a su profundidad y nos encontraremos con Él.

Dejándonos moldear por sus comunicaciones, más allá de lo impensable, y aun contra nuestra aceptación, iremos gustando de su modo de ser, adquiriremos esa sabiduría, y reconoceremos su paso.

Vuestra piedad es como nube mañanera, como rocío de madrugada que se evapora

Por nuestra tendencia a la inconstancia y superficialidad, las señales del amor del Padre, que sentimos dolorosas, buscan madurar nuestro agape, hacernos mejores amantes.

Cuando nos tienes cercados, nos acercas a ti. No dejas que te olvidemos, porque sabes que olvidamos con facilidad darte gracias.

Quiero misericordia, y no sacrificios; conocimiento de Dios, más que holocaustos.

No hay que dar tantas vueltas, ni elaborar mucho protocolo para el verdadero sacrificio.

Sólo conocer al Padre al modo de Jesús de Nazareth.

Su pluriforme interpelación es para que seamos como Él. Quiere rescatar su creación, su imagen y semejanza como  misericordia.

Que le queda a la misericordia cuando la impotencia no permite hacer mucho por otro?

Las buenas palabras, los buenos deseos, la oración insistente y confiada en su intervención.

Salmo responsorial: 50



REFLEXIÓN

Misericordia, Dios mío, por tu bondad, / por tu inmensa compasión borra mi culpa; / lava del todo mi delito, / limpia mi pecado

Intentamos practicar ese tipo de borrón con algunas frases, como por ejemplo “Amor es nunca tener que pedir perdón”.

Y dice mucho esa expresión de la generosidad del amor y aceptación que no hace cuenta de la ofensa.

Pero la propuesta del Señor en su Palabra va más allá, porque se trata de eliminar todo rastro de culpa, de modo que no retoñe como la mala hierba. Y no vuelva a intoxicar el futuro con la suspicacia, el miedo, el daño, la desconfianza.

Es como si el Señor hubiera diseñado una clima organizacional óptimo, auto-regenerable.

Los sacrificios no te satisfacen: / si te ofreciera un holocausto, no lo querrías. / Mi sacrificio es un espíritu quebrantado; / un corazón quebrantado y humillado, / tú no lo desprecias

Cuando estemos quebrados en la existencia sabremos de la oportunidad de hacernos sacrificio agradable.

El quebranto significa el descalabro de nuestra visión y nuestro control, para motivar la renuncia a nuestra conducta y la vuelta al modo del Señor.

Cuando algo dentro de nosotros, amargo como la confesión, sube a nuestra garganta, para que logremos exclamar: nos equivocamos. No atendimos las señales, y nos equivocamos.

Por aquí habría que comenzar todo: por la autocrítica honesta, valiente, generosa, dispuesta al cambio.

reconstruye las murallas de Jerusalén: / entonces aceptarás los sacrificios rituales

En el ágape convivido de la fraternidad se reconstruye el tejido social inicuo y victimario. Ahí se da el sacrificio que agrada al Padre de Jesús.

Porque nos habrás cedido tu espíritu, con el cual todo tendrá sentido y justicia, la que  viene de ti.

Lucas 18,9-14



REFLEXIÓN

a algunos que, teniéndose por justos, se sentían seguros de sí mismos y despreciaban a los demás

Para determinar el sentido de la parábola, tal como está ubicada por el evangelista, conviene tener en cuenta el contexto en el que se crea.

Probablemente es el de la comunidad contemporánea al evangelista, a quien se le quiere catequizar en una situación concreta.

Así a Jesús se le vive y recuerda en las comunidades de fe, en las fraternidades de ágape, reflexionando en problemas concretos y buscando la mente, la actitud, el Espíritu de Jesús, tal como si Él estuviera presente.

Las parábolas de Jesús como enseñanza son situadas frente a actitudes y necesidades concretas.

Mira y conoce su auditorio, como buen Maestro para darles la palabra oportuna que se convierta en oportunidad de cambio.

Por eso gusta ya que no se presta a mantener la existencia tal como la están concibiendo, sino que les hace trastabillar en su seguridad, que es falsa y defensiva.

Si aramos en nuestra conciencia, no es difícil encontrar la actitud de superioridad con la que nos empinamos sobre otros, y los menospreciamos. Nos sentimos más justos, más justificados, más salvados.

De ese sentir emana una seguridad ofensiva al Señor, porque ya no lo necesitamos. Es como si la salvación fuera algo que por su posesión nos hace autosuficientes sin Él. Cuando la salvación es Él.

Uno era fariseo; el otro, un publicano

Dos íconos de ese momento: uno con prestigio y aura respetable; el otro con mala fama, pervertido por la corrupción y el colaboracionismo con el imperio.

porque no soy como los demás: ladrones, injustos, adúlteros; ni como ese publicano

El problema que se refleja en la comunidad es en este caso la discriminación entre hermanos, porque unos se creen más justos que otros. Se sienten mejores por lo que hacen.

Una situación que seguimos viviendo y es una peste de nuestras sociedades a todo nivel. Presumimos por situación social, económica, cultural, racial, religiosa, ideológica y por una lista interminable de razones.

Lo interesante es cómo por reivindicarse frente a tales discriminaciones, se emprende una discriminación contraria, para sacarse el clavo.

Esta maravilla de justicia mediática, incurría con facilidad en el juicio del desacreditado publicano. Qué más da! Si ya es despreciado, tenerlo como despreciable e indigno de justicia no añade nada.

Porque a mí no me sucede lo que a otros, con lo cual me siento bendecido y justo, diría.

Incluso somos audaces y temerarios identificando a otros como pecadores, por las circunstancias que los envuelven.

El publicano, en cambio, se quedó atrás y no se atrevía ni a levantar los ojos al cielo; sólo se golpeaba el pecho, diciendo: "¡Oh Dios!, ten compasión de este pecador

Sin autocrítica, perdón y agape no hay solución definitiva. Ni podemos ser justos justificados.

Y mostraba la conciencia más pura de su indignidad. Había llegado muy lejos en el conocimiento de su ser pecador y esperaba el perdón, no la canonización.

La conciencia de ser pecador, de haber errado en el blanco, permite abandonar el derecho al reino de salvación. Entonces es posible entender que es gracia, amor gratuito.

Porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido

Es la frase más escandalosa que pueda haber imaginado el evangelio de la realización y éxito humanos en los diferentes sistemas históricos del logro y la fama.

El publicano es el anti-héroe diseñado por el Señor para hacer morder el polvo al héroe que forja la prepotencia en la cultura humana alienada.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1637055313160417287?s=20

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Oseas 6,1-6

Yavé 4-6 reprocha a Israel su insinceridad, superficialidad, falta de arraigo, frente a la oración que pareciera ser lo contrario 1-3. Él mira lo verdadero de lo profundo.

Salmo responsorial: 50

La confesión de culpa de la que surge el deseo de renovación, como de lo profundo saldrá la energía para revitalizar la ciudad y el verdadero culto. Sin lo interior transformado no habrá tal resultado.

Lucas 18,9-14

 

Así como hay quienes buscan signos del Reino, hay quienes buscan indicios de favor divino. Los perfile de estas personas no pueden ser más diversos. Uno busca en la acuciocidad del estudio y devoción a la ley permanecer fiel al. Señor. El otro que defrauda y estafa a gente y manipula dinero idólatra comete pecados inocultables tan grandes que ni de lejos puede pensar en mantenerse como justo ante el Señor.

Ambos van al mismo templo a orar.

No podemos poner en duda la sinceridad del Fariseo en la corrección que muestra su vida honesta. El publicano por su lado no puede ser más honesto tampoco reconociendo todos los pecados que comete en su estado de vida profesional y rogando misericordia.Jesús sostien que el publicano resultó justificado a los ojos de Dios.

Esta presentación debió ser un desafío a la audiencia de Jesús, que conocían ambos roles.

El publicano no tiene más salida que confiarse a la misericordia. El Fariseo deja de ver que las circunstancias que han favorecido ser correcto no son méritos para la gracia de Dios. No es por puntos que se obtiene.

En síntésis " todo el que se engrandece será humillado, pero el que se humilla será engrandecido." Tambien en Lc 14,11 y Mt 23,12

 

DOCTORES DE LA IGLESIA



 Sábado III semana de Cuaresma

San Gregorio Nacianceno Sermón sobre el amor a los pobres 14,38.40

Dichosos los misericordiosos –dice la Escritura–, porque ellos alcanzarán misericordia. No es por cierto la misericordia una de las últimas bienaventuranzas. Dichoso el que cuida del pobre y desvalido. Y de nuevo: Dichoso el que se apiada y presta. Y en otro lugar: El justo a diario se compadece y da prestado. Tratemos de alcanzar la bendición, de merecer que nos llamen dichosos: seamos benignos. Que ni siquiera la noche interrumpa tus quehaceres de misericordia. No digas: vuelve, que mañana te ayudaré. Que nada se interponga entre tu propósito y su realización. Porque las obras de caridad son las únicas que no admiten demora. Parte tu pan con el hambriento, hospeda a los pobres sin techo, y no dejes de hacerlo con jovialidad y presteza. Quien reparte limosna, –dice el Apóstol–, que lo haga con agrado: pues todo lo que sea prontitud hace que se te doble la gracia del beneficio que has hecho. Porque lo que se lleva a cabo con una disposición de ánimo triste y forzada no merece gratitud ni tiene nobleza. De manera que cuando hacemos el bien, hemos de hacerlo, no tristes, sino con alegría. Si dejas libres a los oprimidos y rompes todos los cepos, dice la Escritura; o sea, si procuras alejar de tu prójimo sus sufrimientos, sus pruebas, la incertidumbre de su futuro, toda murmuración contra él, ¿qué piensas que va a ocurrir? Algo grande y admirable. Un espléndido premio. Escucha: Entonces romperá tu luz como la aurora, te abrirá camino la justicia. ¿Y quién no anhela la luz y la justicia?

REFLEXIÓN

Es casi un dogma en algunas iglesias de tradición calvinista: creer en la bonanza material como señal de la bendición que acarrea el diezmo. Frente a eso, el mensaje del santo nos ubica en un premio de otro nivel, que en su momento no necesariamente descarta la bendición material, pero que hace énfasis en la transformación de la persona como luminosa y justa. Porque es en esta conversión hacia la justicia y la luz que se hace un nuevo mundo de paz.