Sábado 3 de
Cuaresma
Oseas 6,1-6
REFLEXIÓN
Vamos a volver al Señor: él, que nos
despedazó, nos sanará; él, que nos hirió, nos vendará. En dos días nos sanará;
al tercero nos resucitará; y viviremos delante de él. Esforcémonos por conocer
al Señor
Jesús es el revelador de Dios Padre. Nos induce su
conocimiento entrañable, vivencial. Nos comunica su familiaridad porque la
vivió y la vive en su eternidad de mediador.
Qué nos comunica? Que los sinsabores, conflictos,
dificultades, frustraciones experimentados en nuestra apropiación del proyecto
de vida, del Designio, son expresiones del amor del Padre, no son pruebas, ni
torturas, ni opresión de un poder prepotente.
Y si nuestro ego los toma mal y se resiste, pero no se
convierte a su amor, la pasará peor, aunque inicialmente parezca que va bien.
Porque nos alejaremos de la fuente de vida y languideceremos.
Nos despedazamos nosotros, nos herimos nosotros. Él nos
acompaña y respeta, aunque su voluntad difiera.
Nuestras decisiones, condicionadas, enmarcadas,
contextualizadas, situadas, engendran consecuencias que se constituyen en
nuevos contextos, que a su vez constreñirán o influirán, más o menos en las
próximas decisiones.
Una maraña que no podemos eludir y con la que sensatamente
debemos contar. Y frustrados culpamos al Señor, porque no nos sale la cosa.
Esta es nuestra esperanza: que lo que pasamos sea una prueba
de amor, un gesto que lo acerca, una intervención que salva nuestra existencia.
Vivenciarlo así es una muestra de la vitalidad de la fe, que
lee las señales y los signos, más allá de su desgracia y calamidad.
Es el esfuerzo por apoyarse más en Él, nuestro Señor, que en
nuestro dolor y estupor.
Pero tiene fin, porque lo tuvo y se mantiene en Jesús de
Nazareth y su Espíritu con nosotros.
Estamos llamados a vivir una responsabilidad de nuestras
decisiones, que engendren condiciones favorables para mejores decisiones y en
vez de dañar a terceros, los engrandezcan, con nosotros.
Es la historia reversada, la contra-corriente, la
contra-cultura, que hoy laboramos en el Reino de Jesús con dificultades,
contrariedades y dolores, pero también con gozo y ánimo.
En breve tiempo, en muy poco tiempo. Porque la esperanza
nutre el futuro de una realización, no de una realidad evaporada.
El amanecer se da, de tenue a palpable. La luz viene de suave
a intensa. La lluvia temprana y tardía no es tormenta sino bajareque: va
empapando, casi sin notarlo.
Es el amor-acción del Señor así: cumulativo, persistente, con
imperceptible presión. Nos cerca sin descanso, como el can aguardando un gesto
del amo.
Él es Señor y sin embargo lo trastorna todo actuando como
siervo.
Dejándonos llevar por su Espíritu iremos a su profundidad y
nos encontraremos con Él.
Dejándonos moldear por sus comunicaciones, más allá de lo
impensable, y aun contra nuestra aceptación, iremos gustando de su modo de ser,
adquiriremos esa sabiduría, y reconoceremos su paso.
Vuestra piedad es como nube mañanera, como
rocío de madrugada que se evapora
Por nuestra tendencia a la inconstancia y superficialidad,
las señales del amor del Padre, que sentimos dolorosas, buscan madurar nuestro
agape, hacernos mejores amantes.
Cuando nos tienes cercados, nos acercas a ti. No dejas que te
olvidemos, porque sabes que olvidamos con facilidad darte gracias.
Quiero misericordia, y no sacrificios;
conocimiento de Dios, más que holocaustos.
No hay que dar tantas vueltas, ni elaborar mucho protocolo
para el verdadero sacrificio.
Sólo conocer al Padre al modo de Jesús de Nazareth.
Su pluriforme interpelación es para que seamos como Él.
Quiere rescatar su creación, su imagen y semejanza como misericordia.
Que le queda a la misericordia cuando la impotencia no
permite hacer mucho por otro?
Las buenas palabras, los buenos deseos, la oración insistente
y confiada en su intervención.
Salmo responsorial: 50
REFLEXIÓN
Misericordia, Dios mío, por tu bondad, / por
tu inmensa compasión borra mi culpa; / lava del todo mi delito, / limpia mi
pecado
Intentamos practicar ese tipo de borrón con algunas frases,
como por ejemplo “Amor es nunca tener que pedir perdón”.
Y dice mucho esa expresión de la generosidad del amor y
aceptación que no hace cuenta de la ofensa.
Pero la propuesta del Señor en su Palabra va más allá, porque
se trata de eliminar todo rastro de culpa, de modo que no retoñe como la mala
hierba. Y no vuelva a intoxicar el futuro con la suspicacia, el miedo, el daño,
la desconfianza.
Es como si el Señor hubiera diseñado una clima organizacional
óptimo, auto-regenerable.
Los sacrificios no te satisfacen: / si te
ofreciera un holocausto, no lo querrías. / Mi sacrificio es un espíritu
quebrantado; / un corazón quebrantado y humillado, / tú no lo desprecias
Cuando estemos quebrados en la existencia sabremos de la
oportunidad de hacernos sacrificio agradable.
El quebranto significa el descalabro de nuestra visión y
nuestro control, para motivar la renuncia a nuestra conducta y la vuelta al
modo del Señor.
Cuando algo dentro de nosotros, amargo como la confesión,
sube a nuestra garganta, para que logremos exclamar: nos equivocamos. No
atendimos las señales, y nos equivocamos.
Por aquí habría que comenzar todo: por la autocrítica
honesta, valiente, generosa, dispuesta al cambio.
reconstruye las murallas de Jerusalén: /
entonces aceptarás los sacrificios rituales
En el ágape convivido de la fraternidad se reconstruye el
tejido social inicuo y victimario. Ahí se da el sacrificio que agrada al Padre
de Jesús.
Porque nos habrás cedido tu espíritu, con el cual todo tendrá
sentido y justicia, la que viene de ti.
Lucas 18,9-14
REFLEXIÓN
a algunos que, teniéndose por justos, se
sentían seguros de sí mismos y despreciaban a los demás
Para determinar el sentido de la parábola, tal como está
ubicada por el evangelista, conviene tener en cuenta el contexto en el que se
crea.
Probablemente es el de la comunidad contemporánea al
evangelista, a quien se le quiere catequizar en una situación concreta.
Así a Jesús se le vive y recuerda en las comunidades de fe,
en las fraternidades de ágape, reflexionando en problemas concretos y buscando
la mente, la actitud, el Espíritu de Jesús, tal como si Él estuviera presente.
Las parábolas de Jesús como enseñanza son situadas frente a
actitudes y necesidades concretas.
Mira y conoce su auditorio, como buen Maestro para darles la
palabra oportuna que se convierta en oportunidad de cambio.
Por eso gusta ya que no se presta a mantener la existencia
tal como la están concibiendo, sino que les hace trastabillar en su seguridad,
que es falsa y defensiva.
Si aramos en nuestra conciencia, no es difícil encontrar la
actitud de superioridad con la que nos empinamos sobre otros, y los
menospreciamos. Nos sentimos más justos, más justificados, más salvados.
De ese sentir emana una seguridad ofensiva al Señor, porque
ya no lo necesitamos. Es como si la salvación fuera algo que por su posesión
nos hace autosuficientes sin Él. Cuando la salvación es Él.
Uno era fariseo; el otro, un publicano
Dos íconos de ese momento: uno con prestigio y aura
respetable; el otro con mala fama, pervertido por la corrupción y el
colaboracionismo con el imperio.
porque no soy como los demás: ladrones,
injustos, adúlteros; ni como ese publicano
El problema que se refleja en la comunidad es en este caso la
discriminación entre hermanos, porque unos se creen más justos que otros. Se
sienten mejores por lo que hacen.
Una situación que seguimos viviendo y es una peste de
nuestras sociedades a todo nivel. Presumimos por situación social, económica,
cultural, racial, religiosa, ideológica y por una lista interminable de
razones.
Lo interesante es cómo por reivindicarse frente a tales
discriminaciones, se emprende una discriminación contraria, para sacarse el
clavo.
Esta maravilla de justicia mediática, incurría con facilidad
en el juicio del desacreditado publicano. Qué más da! Si ya es despreciado,
tenerlo como despreciable e indigno de justicia no añade nada.
Porque a mí no me sucede lo que a otros, con lo cual me
siento bendecido y justo, diría.
Incluso somos audaces y temerarios identificando a otros como
pecadores, por las circunstancias que los envuelven.
El publicano, en cambio, se quedó atrás y no
se atrevía ni a levantar los ojos al cielo; sólo se golpeaba el pecho,
diciendo: "¡Oh Dios!, ten compasión de este pecador
Sin autocrítica, perdón y agape no hay solución definitiva.
Ni podemos ser justos justificados.
Y mostraba la conciencia más pura de su indignidad. Había
llegado muy lejos en el conocimiento de su ser pecador y esperaba el perdón, no
la canonización.
La conciencia de ser pecador, de haber errado en el blanco,
permite abandonar el derecho al reino de salvación. Entonces es posible
entender que es gracia, amor gratuito.
Porque todo el que se enaltece será humillado,
y el que se humilla será enaltecido
Es la frase más escandalosa que pueda haber imaginado el
evangelio de la realización y éxito humanos en los diferentes sistemas
históricos del logro y la fama.
El
publicano es el anti-héroe diseñado por el Señor para hacer morder el polvo al
héroe que forja la prepotencia en la cultura humana alienada.
https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1637055313160417287?s=20
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Oseas 6,1-6
Yavé 4-6 reprocha a Israel su
insinceridad, superficialidad, falta de arraigo, frente a la oración que
pareciera ser lo contrario 1-3. Él mira lo verdadero de lo profundo.
Salmo responsorial: 50
La confesión de culpa de la que surge el
deseo de renovación, como de lo profundo saldrá la energía para revitalizar la
ciudad y el verdadero culto. Sin lo interior transformado no habrá tal
resultado.
Lucas 18,9-14
Así como hay quienes buscan signos del Reino,
hay quienes buscan indicios de favor divino. Los perfile de estas personas no
pueden ser más diversos. Uno busca en la acuciocidad del estudio y devoción a
la ley permanecer fiel al. Señor. El otro que defrauda y estafa a gente y
manipula dinero idólatra comete pecados inocultables tan grandes que ni de
lejos puede pensar en mantenerse como justo ante el Señor.
Ambos van al mismo templo a orar.
No podemos poner en duda la sinceridad del
Fariseo en la corrección que muestra su vida honesta. El publicano por su lado
no puede ser más honesto tampoco reconociendo todos los pecados que comete en
su estado de vida profesional y rogando misericordia.Jesús sostien que el
publicano resultó justificado a los ojos de Dios.
Esta presentación debió ser un desafío a la
audiencia de Jesús, que conocían ambos roles.
El publicano no tiene más salida que confiarse
a la misericordia. El Fariseo deja de ver que las circunstancias que han
favorecido ser correcto no son méritos para la gracia de Dios. No es por puntos
que se obtiene.
En síntésis " todo
el que se engrandece será humillado, pero el que se humilla será
engrandecido." Tambien en Lc 14,11 y Mt 23,12
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