Domingo
22 de tiempo ordinario
Deuteronomio 4, 1-2.
6-8
REFLEXIÓN
Ahora, Israel,
escucha
La Palabra que viaja en la historia muchos años, sin
cansancio ni falla, en sus agentes de propagación humana, nos transmite una
pretensión: que Ella es viviente y creerla nos transforma en escuchas actuales,
hoy.
Si entro en contacto con ella con un espíritu parecido al que
lee noticias en un periódico, pierdo algo fundamental: la actualidad. Porque el
periódico se lee como pasado.
Escucharla con fe no es imaginarla, es sentirla
profundamente. Una actitud recomendada por Ignacio de Loyola a su ejercitante
de los Ejercicios Espirituales: no el mucho saber harta y satisface el espíritu
sino sentir las cosas internamente.
Otros como Lonergan llaman a esta operación de conocimiento:
apropiación. Es una actividad del sujeto, subjetiva, pero contundente por un
lado porque hace vibrar el ser, e indispensable para el humano, porque sin este
tránsito no se vivencia el mundo, la realidad, las cosas, la PALABRA.
los mandatos y
decretos que yo os mando cumplir. Así viviréis y entraréis a tomar posesión de
la tierra que el Señor, Dios de vuestros padres, os va a dar
Pero esta operación puede abortar sofocada en la subjetividad
si no da pie al cumplimiento de los escuchado como directrices de una vida de
calidad superior.
No añadáis nada a
lo que os mando ni suprimáis nada; así cumpliréis los preceptos del Señor,
vuestro Dios, que yo os mando hoy
Somos ingeniosos, innovativos y creativos los seres humanos y
parece nos se podría impedir que metiéramos de nuestra cosecha en lo del Señor.
Parece que una de las maldiciones relacionadas con el
conocimiento del bien y del mal que se originan en el pecado es el acceso con
dificultad y con distorsiones a ese conocimiento.
Parece entonces necesaria una conversión de fe al pecado de
conocimiento del bien y el mal, esforzándonos por establecer el sentido
original a los mandatos de la Palabra para cumplirlos bien.
Ponedlos por obra,
que ellos son vuestra sabiduría y vuestra inteligencia a los ojos de los
pueblos
Poner por obra es parte del ciclo de escuchar. No se puede
escuchar la Palabra sin poner por obra. Por eso Jesús de Nazaret recomienda en
sus parábolas que el que tiene que escuchar que escuche: que obre lo que
escucha.
¿cuál es la gran
nación, cuyos mandatos y decretos sean tan justos como toda esta ley que hoy os
doy?
El sentido de justicia social que aparece tan alerta en
nuestros días podría beber en esta sabiduría de la escucha de la Palabra que se
pone por obra y es testimonio para los pueblos.
Salmo responsorial: 14
REFLEXIÓN
El que procede honradamente / y practica la
justicia,
Lo que es más perfecto
que solo no robar dinero a la empresa
el que tiene intenciones leales / y no calumnia
con su lengua
O calumnia con su pluma y
en las redes sociales
El que no hace mal a su prójimo / ni difama al
vecino
Todos somos vecinos y
nuestra paranoia y estereotipos nos pueden llevar al recelo y la malquerencia
el que considera despreciable al impío / y honra
a los que temen al Señor
Está de moda el ateo y
sus declaraciones sobre el universo sin Dios y la moral como mera cultura.
El que no presta dinero a usura /
ni acepta soborno contra el inocente / El que así
obra nunca fallará
La evidencia está en las
casas de préstamos cuyos intereses van subiendo mientras baja el poder
adquisitivo.
La evidencia está en las
cárceles y reformatorios donde se alojan personas a quienes tarda su juicio,
mientras el resentimiento los convierte en culpables por adelantado para cuando
salgan alguna vez.
Qué significará escuchar
la Palabra y ponerla por obra en estas y otras coyunturas semejantes?
Santiago 1, 17-18.
21b-22.27
REFLEXIÓN
Llevadla a la práctica y no os limitéis a
escucharla, engañándoos a vosotros mismos. La religión pura e intachable a los ojos de Dios Padre es ésta:
visitar huérfanos y viudas en sus tribulaciones y no mancharse las manos con
este mundo.
Si la religión se hubiera
mantenido en su ciclo perfecto de escuchar y obrar la Palabra, no hubiera sido
señalada como opio del pueblo.
Marcos 7, 1-8. 14-15.
21-23
REFLEXIÓN
vieron que algunos discípulos comían con manos
impuras, es decir, sin lavarse las manos. (Los fariseos, como los demás judíos, no
comen sin lavarse antes la manos restregando bien, aferrándose a la tradición
de sus mayores, y, al volver de la plaza, no comen sin lavarse antes, y se
aferran a otras muchas tradiciones, de lavar vasos, jarras y ollas. )
Si los detentores de la
religión insisten en las normas administrativas que son creación humana-lavarse
las manos- y no en la normas que emanan de la Palabra para concretar su
designio, el pueblo extravía su fe.
"¿Por qué comen tus discípulos con manos
impuras y no siguen la tradición de los mayores"?
la doctrina que enseñan / son preceptos humanos
Quizá hoy los jóvenes con
un olfato único de rebeldes culturales se apartan de la tradición de sus
mayores por insistir más en lo accesorio que en lo nuclear: un estilo de vida
de calidad de vida.
Nada que entre de fuera puede hacer la hombre
impuro; lo que sale de dentro es lo que hace impuro al hombre. Porque de
dentro, del corazón del hombre, salen los malos propósitos, las fornicaciones,
robos, homicidios, adulterios, codicias, injusticias, fraudes, desenfreno,
envidia, difamación, orgullo, frivolidad. Todas esas maldades salen de dentro y
hacen al hombre impuro
Si el sujeto apropia la Palabra obra la Palabra.
Si apropia el crimen obra criminalmente.
https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1431941937649553414?s=20
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