Jueves 1 de Adviento
Isaías
26,1-6
REFLEXIÓN
Aquel día
El día de la esperanza.
El día en cuya espera no debemos desmayar. El día cuyo gozo será presente para
siempre. El día en el que ya no cabe preocupación por el futuro.
El evangelio de Jesús
pide hacer del día presente el único, y no andar preocupado y agobiados sobre
el futuro.
Esto será llevadero si el
día presente es el aquel día que va anticipando el día del Señor.
Hemos de buscar las
señales por las que el día cronológico actual, se reviste del día soteriológico
escatológico, salvador para siempre desde ya. No es a fuerza de
autoconvencimiento y autosugestión, sino recogiendo los mensajes constantes que
van apareciendo a nuestra vista y apropiándolos en el rumbo prometido.
Abrid las puertas para que entre un pueblo justo, que
observa la lealtad; su ánimo está firme y mantiene la paz, porque confía en ti
Confiar
en la Palabra que persuade nuestro espíritu acerca de la justicia del Señor, es
el fundamento de un estilo de vida de paz, que rehuye positivamente ubicar la
propia importancia y bienes sobre los demás para oprimirlos.
Cómo se
convierte, se construye y transforma un pueblo en justo, leal, con un ánimo
firme y que mantenga la Paz? Por el hecho de ser pueblo no se da lo otro
automáticamente. Sólo si este pueblo es de pobres y humildes.
Incluso
las agencias internacionales que observan y miden el grado de corrupción de los
pueblos y publican escalas que glorían a unos y avergüenzan a otros, son eso: observadores
pero no transformadores y en todo caso sus señalamientos pueden movilizar
conciencias a una menor corrupción, aunque tampoco son recetas mágicas.
Por otro
lado se dan casos en que los que confrontan y critican desde estas trincheras
la marcha corrupta de instituciones, abrigan sus propios interes y acumulan su
propia dosis de poder.
De ahí
que el pueblo que es realmente pobre, leal, y mantenedor de la paz, es humilde
y confía en el Señor.
La roca
consiste en el aporte de autocrítica honesta que ofrece aquél que se declara
también culpable, pero purga su falta, y la confianza que mantiene, por su fe
en el Señor de todo, que sobrepuja los límites, y afirma a los débiles, en
profundidad.
Podremos
tomar por lealtad una adhesión profunda profundizándose, que va impregnando la
totalidad del ser y poniéndonos en disponibilidad de obediencia de fe, aunque
sea asaltada por las embestidas de la deslealtad?
su ánimo está firme y mantiene la paz, porque confía en ti.
Es como
el indicio de un suave aplomo que se va instalando en el fondo. Afecta el
tiempo cronológico, porque espera, cuando ya parece que venció el plazo, que se
asome el Señor salvador, con cualquier intervención sutil que trastoca las
circunstancias adversas.
El
efecto es un irse apegando a El con más vivacidad y confiar, que como sea,
sorprendiendo, El Señor se hará presente.
Confiad siempre en el Señor, porque el Señor es la Roca
perpetua:
Cuando
nuestras circunstancias permiten una lectura pertinente, no deberemos decir que
su Espíritu viviente, en quien nos encontramos, va conduciendo la historia para
su designio pleno? No es entonces cuando descansamos en un dejarnos llevar al
modo de niños?
doblegó a los habitantes de la altura y a la ciudad elevada
En la
existencia que hacemos: captamos que los altos, los posicionados en la altura,
se vienen abajo?
Es una
constante histórica, más presente en la sabiduría popular, que en las teorías
de los científicos sociales, el cómo se cumple la ley de la gravedad también en
el encumbramiento social y así se expresa: todo lo que sube vuelve a caer.
Y la
caída es la que nos indica la Palabra como una acción del Espíritu que va
desarrollando la equidad a través de los tiempos.
la humilló, la humilló hasta el suelo, la arrojó al polvo, y
la pisan los pies, los pies del humilde, las pisadas de los pobres
La
Palabra expresa un sentimiento de alivio de los oprimidos por causa de la
inequidad y la iniquidad superadas.
Son
ellos los que quedan en pie para pisar los que regresan al polvo de la
humillación.
Qué será
más fuerte según la Palabra: el deseo de revancha o la gloria de la justicia y
la equidad?
Esta
motivación divide muchos en su anhelo de cambio. Pero también la historia
muestra cómo los anteriormente humillados se instalan después en las alturas, y
vuelven a oprimir a los demás.
Más bien
la Palabra indica una situación de justicia y equidad perdurables, en la que
todos son justos y ninguno humillado.
Que
tantos humildes pisen la arrogancia, es una señal de aquel día.
Salmo
responsorial: 117
REFLEXIÓN
es eterna su misericordia
Una palabra maravillosa
que recaba un sueño primordial: ser amados por alguien libre que nos juzga y
sostiene para él, con amor purificador.
Mejor es refugiarse en el Señor / que fiarse de los hombres,
/ mejor es refugiarse en el Señor / que fiarse de los jefes
Va
creciendo como una marea la ingobernabilidad en los diferentes sistemas de
gobierno de los países.
Las
protestas se acumulan, la inconformidad sube de tono, la violencia se esparce.
Es un
momento para pensar seriamente en el activismo por la paz, como pacificadores.
No es
posible hablar de paz, con gestos de guerra. Es como volver a lo mismo.
Tampoco
es posible gestionar la paz con gestos aparentes de paz, como las protestas
pseudo-pacíficas, mientras en la espalda se mantiene el arma y la provocación.
La hipocresía y la manipulación es una forma de violencia.
La paz
mojigata y poco lúcida sobre las causas del conflicto y que sólo se satisface
en acallar los síntomas, tampoco es una paz duradera.
Es la
Palabra la que ofrece una paz desde dentro, desde las entrañas y el corazón, si
procedemos con equidad y damos testimonio de justicia sincera, sin aires de
guerra, sin manipulación hipócrita.
Para lo
cual hemos de convertirnos cada vez, porque el opresor dentro de nosotros no
descansa.
En el
camino de la purificación no tenemos dónde reclinar la cabeza, porque todo es
superable, incluso los jefes, que detentan poder, para afincarse absolutamente
en el Señor.
La
insubordinación y la rebeldía brotan desde el Señor, que alienta más la confianza
en él que en los hombres.
Te doy gracias porque me escuchaste / y fuiste mi salvación
Saberme
escuchado por ti es mi alegría y mi gozo pleno.
Señor, danos prosperidad.
Porque
también una vida con satisfacciones y alegrías es parte de su amor y bendición.
Y entre
risas y lágrimas vamos aprendiendo sabiduría, sabor de Él. Como entre salado,
dulce y ácido, vamos gustando la comida de una mesa.
Mateo 7,21.24-27
REFLEXIÓN
"No todo el que me dice "Señor, Señor"
entrará en el reino de los cielos, sino el que cumple la voluntad de mi Padre
que está en el cielo
No todo
el que lee asiduamente la Palabra y la medita entrará en el reino, sino el que
pacifica desde el corazón.
Ni
tampoco el que lo escribe, porque no es una mantra que automáticamente abre la
puerta de la cueva de Ali Baba.
Desde
las vertientes en las que nos ubicamos por nuestra potencialidad y riqueza
humana, hemos de converger a un nuevo orden, que es lo que representa la paz o
shalom. La plenitud del bien común.
Ni
siquiera se trata de saber esa voluntad, por un discernimiento.
Esto no
es nada sin cumplirla. Y cumplirla tampoco es la actividad aislada de
motivación e intención.
Ni nada
de esto sin el agrado y don amoroso y libre del Padre.
Es una
estrategia global de cooperación, en la que el Padre aporta pero también
nosotros, al menos vigilancia y examen.
La
confirmación ignaciana de la elección por discernimiento de diferentes tiempos
implica la captación del agrado del Señor en el cumplimiento de su voluntad.
Al menos
debemos ser el hijo del evangelio, que aunque rezongaba, terminó cumpliendo.
Por eso
la sabiduría que nos viene del Señor Jesús tiene poco que ver con una retórica,
que duerme a otros a base de palabras. Como nuestros políticos demagogos.
Porque
cuando no la cumplimos a través de lo que nos deja conocer por sus
mandamientos, la cumplimos en las consecuencias que nos atraen nuestros actos
de rebeldía. Siempre la cumplimos.
Con gozo
o con pesar y calamidad, de manera que somos puestos en la coyuntura de
convertirnos frecuentemente.
El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica
edificó su casa sobre roca
El que escucha estas palabras mías y no las pone en práctica
edificó su casa sobre arena
Confrontamos
a lo largo de nuestra vida un proceso de edificación o construcción que puede
ser en arena o en roca. Cómo lo vamos haciendo? Cómo va nuestra misión de paz?
La
prudencia consiste en la firmeza de su edificación. En sí es un bien del reino,
un estar en el Señor Jesús, aunque sea en proceso.
Lo
contrario es un fracaso escatológico y existencial histórico. Pero no
definitivo. Junto a nosotros la comunidad de fe teje su apoyo para que no nos
deje de alcanzar la misericordia, el
mucho amor del Padre de Jesús.
Caemos
constantemente y nos deslizamos desde el hombre prudente al hombre necio.
Incluso parece que a pesar nuestro: porque hacemos el mal que no queremos.
Nos
encontramos a merced de una adversario más astuto que nos enreda y en cuya
complicidad caemos.
Sólo un
Espíritu del Resucitado nos apoya para iluminar el discernimiento que
constituye nuestro caminar.
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