San Gregorio de Nisa Homilía sobre el
Cantar de los Cantares 15
Si el amor logra expulsar completamente al
temor y éste, transformado, se convierte en amor, entonces veremos que la
unidad es una consecuencia de la salvación, al permanecer todos unidos en la
comunión con el solo y único bien, santificados en aquella paloma simbólica que
es el Espíritu. Este parece ser el sentido de las palabras que siguen: Una sola
es mi paloma, sin defecto. Una sola, predilecta de su madre. Esto mismo nos lo
dice el Señor en el Evangelio aún más claramente: Al pronunciar la oración de bendición
y conferir a sus discípulos todo su poder, también les otorgó otros bienes
mientras pronunciaba aquellas admirables palabras con las que él se dirigió a
su Padre. Entonces les aseguró que ya no se encontrarían divididos por la
diversidad de opiniones al enjuiciar el bien, sino que permanecerían en la
unidad, vinculados en la comunión con el solo y único bien. De este modo, como
dice el Apóstol, unidos en el Espíritu Santo y en el vínculo de la paz, habrían
de formar todos un solo cuerpo y un solo espíritu, mediante la única esperanza
a la que habían sido llamados.
REFLEXIÓN
Quien teme no ama, quien ama no teme. Pero más bien quien acepta temer pero no se paraliza sino que avanza para amar, quien avanzando en el amor reconoce que no las tiene todas consigo pero no se deja superar por el miedo. Es decir, el amor como fuerza para resistir, animar, envigorizar, unir.
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