miércoles, 2 de agosto de 2023

DOCTORES DE LA IGLESIA

 



Miércoles, XVII semana
San Cirilo de Jerusalén Catequesis 18,23-25

La Iglesia se llama católica o universal porque está esparcida por todo el orbe de la tierra, del uno al otro confín, y porque de un modo universal y sin defecto enseña todas las verdades de fe que los hombres deben conocer, ya se trate de las cosas visibles o invisibles, de las celestiales o las terrenas; también porque induce al verdadero culto a toda clase de hombres, a los gobernantes y a los simples ciudadanos, a los instruidos y a los ignorantes; y, finalmente, porque cura y sana toda clase de pecados sin excepción, tanto los internos como los externos; ella posee todo género de virtudes, cualquiera que sea su nombre, en hechos y palabras y en cualquier clase de dones espirituales. Con toda propiedad se la llama Iglesia o convocación, ya que convoca y reúne a todos, como dice el Señor en el libro del Levítico: Convoca a toda la asamblea a la entrada de la tienda del encuentro. Y es de notar que la primera vez que la Escritura usa esta palabra «convoca» es precisamente en este lugar, cuando el Señor constituye a Aarón como sumo sacerdote. Y en el Deuteronomio Dios dice a Moisés: Reúneme al pueblo, y les haré oir mis palabras, para que aprendan a temerme. También vuelve a mencionar el nombre de Iglesia cuando dice, refiriéndose a las tablas de la ley: Y en ellas estaban escritas todas las palabras que el Señor os había dicho en la montaña, desde el fuego, el día de la iglesia o convocación; es como si dijera más claramente: «El día en que, llamados por el Señor, os congregasteis».

REFLEXIÓN

Una visión de Iglesia de la cual sentirse orgullosos y orgullosas, mirada por su potencial salvífico, por su alcance universal, por su penetración de los misterios que pertenecen al Misterio Absoluto, por su servicio a todos y todas. Cuándo, dónde y cómo vino ese sentimiento contrario a la glorificación de la Iglesia, a su misión, a sus ministros, a sus miembros? Qué factores desencadenaron ese amor lastimero, que no puede despegarse del lamento por las faltas, los errores, las incapacidades? Cómo así vino a enfermarse en miembros de la dirigencia, que debían dar ejemplo, pero dieron escándalo, y dañaron seriamente vidas de personas vulnerables? Una desolación de tal tamaño tiene que ser meditada profundamente y por mucho tiempo, a la vez que requiere ir reparando humildemente el perjuicio a la viña del Señor. Sin atenuantes, sin excusas, con entereza.

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