viernes, 4 de octubre de 2024

PALABRA COMENTADA

PALABRA COMENTADA

 

Viernes 26 de tiempo ordinario

Job 38, 1. 12-21; 40, 3-5



REFLEXIÓN

Cuéntamelo, si lo sabes todo

La maldición del comienzo: sabrás pero a un costo muy alto. Respondemos: no lo sabemos todo, pero lo haremos. Y así parece ser, es cuestión de tiempo. 

Pero y el costo?: saber no es lo mismo que saborear. El conocimiento arrebatado no es lo mismo que el compartido amigablemente. 

El enfoque de competitividad se enfrenta al de colaboración.

Me siento pequeño, ¿qué replicaré? Me taparé la boca con la mano; he hablado una vez, y no insistiré, dos veces, y no añadiré nada.

Despunta ya en la Palabra la revelación de una dignidad humana y de una soberanía del Señor.

Relacionarlas en su mejor proporción no resulta tarea fácil en ciertas coyunturas.

Pero la Palabra irá dando cada vez más rienda suelta a la dignidad humana hasta el extremo de potenciarla a encarar a Dios.

Y la Palabra también irá descubriendo un Misterio riquísimo de tolerancia, paciencia, misericordia y comprensión hacia la rebeldía humana.

La dignidad no se desarrolla sin ejercitarse, siquiera con reclamos por los derechos subjetivamente asumidos como conculcados.

Y el Señor en Jesús de Nazareth mostrará una paternidad capaz de asumir esa rebeldía para transformarla en la dignidad de los Hijos de Dios.

Salmo responsorial: 138



REFLEXIÓN

de lejos penetras mis pensamientos

Como Jesús a Natanael.

allí me alcanzará tu izquierda, / me agarrará tu derecha

Derecha e izquierda están comprendidas en el Misterio de la Palabra. Libertad de expresión y solidaridad social. Somos nosotros en nuestra miopía y apasionamiento los que desgarramos una integridad de paz y justicia.

La Palabra celebra en Job el que creciera tanto en su reclamo, para que integrara su propio dolor por su ruina con el amoroso designio del Señor. Dignidad de Hijo de hombre en fértil relación con dignidad de Hijo de Dios.

Dios trabaja con las dos, que ahora se enfrentan fratricidamente.

Lucas 10, 13-16



REFLEXIÓN

En aquel tiempo dijo Jesús: "¡Ay de ti, Corozaín; ay de ti, Betsaida! Si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que en vosotras, hace tiempo que se habrían convertido, vestidos de sayal y sentados en la ceniza. Por eso el juicio les será más llevadero a Tiro y a Sidón que a vosotras. T tú, Cafarnaúm, ¿piensas escalar el cielo? Bajarás al abismo. Quien a vosotros os escucha, a mí me escucha; quien a vosotros os rechaza, a mí me rechaza; y quien me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado".

Cuando en nuestra existencia se muestra una conversión se puede decir que se ha escuchado la Palabra

Milagros entendidos como señales para la conversión tenemos muchos todos los días. No se puede decir que tengamos mucha conversión, porque escuchamos poco la Palabra.

Escuchar la Palabra, nos lo muestra Job, es quedarnos sin más que decir en nuestra defensa, tal como el publicano en el último sitio del templo, y asumir con gozo el designio del Padre.

Los signos constantes a nuestro alrededor también son para la conversión. Una responsabilidad nuestra será dar cuenta de los signos que se nos ofrecieron y no nos convertimos más.

Quien a vosotros os escucha, a mí me escucha; quien a vosotros os rechaza, a mí me rechaza; y quien me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado

La cadena de envío que se ha debilitado por falta de credibilidad.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1575818420846678018?s=20&t=hGx4yuXoc9EE8hGEkYGgfA


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Viernes 26 de tiempo ordinario

Job 38, 1. 12-21; 40, 3-5

Salmo responsorial: 138

Lucas 10, 13-16

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