Viernes 25 de tiempo ordinario
Eclesiastés 3, 1-11
1Hay un tiempo señalado para todo, y hay un tiempo para cada suceso bajo el
cielo:
2Tiempo de nacer, y tiempo de morir; Tiempo de plantar, y tiempo de
arrancar lo plantado;
3Tiempo de matar, y tiempo de curar; Tiempo de derribar, y tiempo de
edificar;
4Tiempo de llorar, y tiempo de reír; Tiempo de lamentarse, y tiempo de
bailar;
5Tiempo de lanzar piedras, y tiempo de recoger piedras; Tiempo de abrazar,
y tiempo de rechazar el abrazo;
6Tiempo de buscar, y tiempo de dar por perdido; Tiempo de guardar, y tiempo
de desechar;
7Tiempo de rasgar, y tiempo de coser; Tiempo de callar, y tiempo de hablar;
8Tiempo de amar, y tiempo de odiar; Tiempo de guerra, y tiempo de paz.
9¿Qué saca el trabajador de aquello en que se afana? 10He visto la tarea que Dios ha dado a los hijos de los hombres para que en
ella se ocupen.
11El ha hecho todo apropiado a su tiempo. También ha puesto la eternidad en
sus corazones, sin embargo el hombre no descubre la obra que Dios ha hecho
desde el principio hasta el fin.
COMENTARIO
Todo tiene su tiempo y sazón, todas las
tareas bajo el sol
Se llega
así a una sola causa absoluta que da cuenta de la totalidad, del conjunto,
incluyendo sus variaciones y cambios.
Es una
ancestral habilidad humana: lograr una síntesis significativa del todo de la
realidad. Se trata de elaborar un pensamiento explicativo basado en la
identificación de un origen o causa única irrebatible.
Es la
pretensión de la filosofía en un sentido primigenio. Para los griegos cuyo
genio depuró este pensamiento causal absoluto o Logos mediante observación y
para los semitas que ubicaron su causa universal en Yavé Dios, también su
logos. Y para los cristianos que encuentran en Jesús de Nazareth glorificado su
propio Logos.
En este
absoluto y razón de todo es posible que se realice un encuentro entre humanos
que etiquetan diferente al único Logos.
Una
mente abierta y liberada de pre-saberes lastrantes sería capaz de establecer
ventajas en preferir uno u otro Logos.
Es
sabiduría tradicional que ayuda a entender la del Señor. Es también el
reconocimiento de nuestra ignorancia de otros planes, de otros pensamientos,
que pueden ser más inteligentes, más oportunos.
El bien
mayor de Ignacio de Loyola, para el cual se precisa el tiempo del
discernimiento, el cual prepara para la sazón a su tiempo.
Tiempo
de
nacer, de morir/de plantar, de arrancar/de matar, de sanar/de derruir, de construir/de llorar, de reír/de hacer
duelo, de bailar/de arrojar piedras, de recoger piedras/de abrazar, de
desprenderse/de buscar, de perder/ de guardar, de desechar/ de rasgar, de coser/ de callar, de hablar/de amar, de
odiar/de guerra, de paz.
En
conclusión: hay tiempo para todo. Tiempo es lo que hay. No es un todo
desordenado y caótico, sino que se da en ello un designio y plan.
¿Qué saca el obrero de sus fatigas?
El
estrés es el mal del siglo XX y XXI. Un haz de ansiedades que mina la salud
física y mental y erosiona nuestra capacidad de vivir el tiempo presente y su
característica.
Por eso
Jesús en el evangelio recomendaba vivir el presente y dejar de ansiar con
preocupación porque no íbamos a añadir con eso una medida más a nuestra
estatura.
Transformarse:
no son inútiles en la gestión de la transformación final. Es la esperanza de la
nueva alianza en Jesús muerto y resucitado.
dio al hombre el mundo para que pensara
Pensar
no es estresarse. Es discernir, establecer que es lo propio del tiempo presente
y vivirlo. Así nos unimos al designio del Señor. El único capaz de discernir
Salmo responsorial: 143
COMENTARIO
¿qué es el hombre para que te fijes en él?;
A la luz
del designio y su discernimiento en el tiempo, es de maravillarse haber sido
elegidos para la obra, vista nuestra incompetencia frecuente.
Alguien
tiene que amarnos con demasía.
Lo
podemos glorificar en una forma semejante a él: haciendo comunidad de
salvación.
Lucas 9, 18-22
18Estando Jesús orando a solas, estaban con El los discípulos, y les
preguntó: "¿Quién dicen las multitudes que soy Yo?" 19Entonces ellos respondieron: "Unos, Juan el Bautista, otros, Elías, y
otros, que algún profeta de los antiguos ha resucitado." 20"Y ustedes ¿quién dicen que soy Yo?" les preguntó. Y Pedro le
respondió: "El Cristo (El Mesías) de Dios."
21Pero Jesús, advirtiéndoles severamente, les mandó que no dijeran esto a
nadie, 22y les dijo: "El Hijo del Hombre debe padecer mucho, y ser rechazado
por los ancianos, los principales sacerdotes y los escribas, y ser muerto, y
resucitar al tercer día."
COMENTARIO
"Y vosotros, ¿quién decís que soy
yo?"
Uno de
tantos que han aparecido, pululan y aparecerán o el mero mero.
Nadie se
libra en su momento de discernir, entre las ofertas con apariencia de salvación
y liberación, la genuina en la cual depositar su fidelidad.
Hoy en
día hay mucha discrepancia por el testimonio que Pedro aporta sobre quién es
Jesús.
No le
gusta a muchos ese testimonio.
Además,
la institución que Pedro fundamenta parece poco creíble.
Es
nuestra fragilidad, dice Pablo, la fortaleza del Señor.
Para que
se vea cómo su gracia es operante, no nuestras fuerzas.
Pedro tomó la palabra y dijo: "El
Mesías de Dios".
Pedro
dijo mucho más de lo que supo en ese momento, pero fue capaz de discernir el
tiempo presente.
En los
líderes políticos se admira su olfato para las necesidades del tiempo presente.
En eso radica su carisma.
Hoy en
este tiempo por ejemplo, para muchos pueblos, el liderazgo apropiado es el que
sabe discernir la equidad, la distribución de las riquezas acumuladas por
pocos, la sensatez en el uso de las fuentes de vida en peligro de extinción:
agua, aire.
En tal
sentido Pedro reconoció a Jesús ser mesías de Dios, no cualquier líder
temporal.
Porque
entrevió el alcance del carisma de Jesús y su repercusión para todos.
El les prohibió terminantemente decírselo a
nadie
Por
seguridad. Para que la acechanza no impidiera su ministerio. Para que el
sentido de su mesianismo no fuera banalizado.
Cuál
sería el enfoque Jesuánico: éste o que el martirio sería la clave de tal
mesianismo? Quizó vivir hasta el final de su ministerio? O de salida supo que
esto terminaría en muerte? Fue la resurrección un plan de salvación y la jugada
final del Padre frente al endurecimiento humano?
Para
algunos el final era el jaque mate pensado desde siempre para la victoria del
reino de Dios.
Para
otros fue la improvisación genial del genio humano, único responsable de su
propia salvación.
Siempre
se le ofrecerá al espíritu de la humanidad la disyuntiva de reconocer al Señor
o jactarse con su autosuficiencia.
"El Hijo del hombre tiene que
padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser
ejecutado y resucitar al tercer día."
Jesuánico
o eclesial?
Lo
eclesial no es también palabra de Dios? Hoy parece desprestigiada como palabra
meramente de poder.
Contemplar este misterio, en el sentido que desafía la
lógica: por qué al justo tenía que sucederle esto? No es una ley universal, le
había pasado a ciertos justos: otros han muerto honrados y en paz. Pero no
todos.
Moisés después de lo que hizo murió a la entrada de la
tierra prometida.
Los cantos del Siervo se refieren a alguien – muchos,
que salvarán con su ingnominia.
Juan Bautista termina sin cabeza. Los inocentes
masacrados. Libranos del mal.
Pero no está bien dejar aquí la reflexión, no es
completa, porque se anuncia desde la experiencia vivida la resurrección, como
la última palabra. En esta confianza debemos vivir: nos librarás del mal.
Pedro entendió
más tarde que todavía no era en ese momento el tiempo, que la pasión de Jesús
formaba parte de tal mesianismo.
Cómo
discernimos nosotros hoy el mesianismo de Jesús de Nazareth? Sabemos pensar qué
tiempo nos toca vivir?