Año Impar
Génesis 46,1-7.28-30
REFLEXIÓN
allí te
convertiré en un pueblo numeroso
La promesa implica un proceso que toma su tiempo,
nuestro tiempo. Con sus tensiones, ansias, tentaciones de desesperación,
altibajos en la esperanza, casi muerte por frustración de la misma. Es un don
inmerecido pero entregado para merecer. Se nos da sin nuestra consulta, no se
realiza sin nuestro esfuerzo. Incluso en el cumplimiento de Jesús de Nazaret,
este proceso de realización sigue el mismo patrón: entrega, muerte, resurrección,
misión.
Los especialistas en historia antigua y en historia
bíblica han creído poder converger datos de la historia en general con la del
Israel bíblico, lo cual aporta cierta viabilidad histórica a los relatos
tradicionales de la pre-historia del pueblo.
En tiempos en que los Hititas gobernaban Egipto, dado
que pertenecían a la gran familia semita, se dio una coyuntura favorable para
que pueblos semitas antecesores de los hebreos Israelitas ingresaran en ese
reino.
Que un semita como José llegara a ser un alto
funcionario del Faraón, no se vería entonces como algo inventado, sino
factible.
"Ahora
puedo morir, después de haberte visto en persona, que estás vivo."
Y así nosotros nos disponemos a partir cuando
experimentamos la vida nueva de Jesús, manifestada a nosotros por signos para
la fe.
Hay expresiones y mensajes que refulgen en la
cotidianidad, como gemas que brillan según el ángulo de luz que las toca. Son
toques que animan, alientan, dan esperanza, sin un objeto definido y
específico, pero como un horizonte que se despeja y desde el cual se nos llama
amorosamente.
Simplificando se puede decir que hay dos tipos de
mensajes: se va a poder salir, o no se va a poder. Uno pacificante, el otro
inquietante. Del primer lado la estrategia de la confianza, del segundo la
paciencia y tolerancia al pavor.
La presunción de fe, basada en las reglas de
discernimiento, toma la primera como del Señor y sus mensajeros. La segunda es
del acusador.
La presunción de fe a su vez se fundamenta en la
presunción de justificación: hemos sido perdonados, y aunque tentados, con su
gracia nos encontramos en un proceso de “bien en mejor subiendo”. Todo es fe,
de la cual como fruto, brotan buenas obras para la construcción del reino.
El abrazo conmovedor de José y Jacob, cuando se
reencuentran, atestigua la profundidad emotiva de los lazos interpersonales y
familiares que se citan en la Palabra.
El amor
paternal y filial cruza como un “leitmotiv” la Palabra, para significar la
calidad de amor del Padre por nosotros sus hijos, con base probada en su propio
hijo: Jesús de Nazareth.
Salmo responsorial: 36
REFLEXIÓN
Confía en el
Señor y haz el bien
Es una respuesta del Espíritu que ora en nosotros.
Apártate del
mal y haz el bien
El Señor es
quien salva a los justos
Porque los
justos no se salvan por sí mismos.
Mateo 10,16-23
REFLEXIÓN
"Mirad
que os mando como ovejas entre lobos; por eso, sed sagaces como serpientes y
sencillos como palomas.
así
daréis testimonio ante ellos y ante los gentiles
Sagaz
(fronimos) inteligente, que sopesa las cosas desde una percepción profunda que
implica la emocionalidad.
Sería
la actitud del que discierne los espíritus, pondera, usa de sensatez.
Inocente
(akereios) simple, sin complicaciones, sincero, intachable.
Hoy
diríamos: sin trastienda, sin doble vida, sin agenda.
El
caminar del justo no es fácil, ni suave, porque implica una destreza de navegante,
siempre alerta a los posibles escollos, de día y de noche.
No es sagacidad (fren) visceral, para hacer el mal,
sino para percibirlo y evitarlo.
Se distingue de sofos (perspicacia como habilidad
adquirida) y de sunetos (sabio por reflexión o arrogante en mal sentido).
(Akeraios) es inocente, simple, transparente,
intachable, sincero, de una pieza.
Nuestro tiempo es obsesivo con la demostración de
transparencia reducida a la esfera de la honradez económica.
Como los fariseos, que cuelan el mosquito y tragan el
camello, se preocupan menos de la integridad en la solidaridad con el
necesitado.
en
su momento se os sugerirá lo que tenéis que decir; no seréis vosotros los que
habléis, el Espíritu de vuestro Padre hablará por vosotros.
No estamos solos sino acompañados del Espíritu para que
convirtamos nuestro caminar en martirio, en testimonio, que desde nuestra
construcción de fe, anime a otros a construir en fe y esperanza.
el
que persevere hasta el final, se salvará. Cuando os persigan en una ciudad, huid
a otra. Creedme, no terminaréis con las ciudades de Israel antes de que vuelva
el Hijo del hombre".
Perseverar(hupomeno)
es endurecerse para aguantar.
Pero
en cosas del Espíritu no se trata de puños y dientes cerrados, sino de dejarse
llevar y confiar más en la fuerza que nos viene que la que podamos producir.
La perseverancia se gesta en el conflicto que puede
afectar hasta el núcleo familiar, lugar donde se tiene el refugio humano más
seguro.
No se trata de
entregarse al martirio a la primera. La huida también es preservar la vida, y
por lo mismo hacer la voluntad de Dios, hasta que el Señor quiera.
No se trata de
pavimentar con masacrados la vía hacia la utopía, en nuestro caso: el reino de
Dios.
https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1413462417456066570?s=20
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