viernes, 1 de abril de 2022

PALABRA COMENTADA

 

Viernes 4 de Cuaresma

Sabiduría 2,1a.12-22



REFLEXIÓN

se gloría de tener por padre a Dios

La reflexión teológica del evangelio no brota espontáneamente de la nada, sino que viene preparándose, tiene su antecedente, en la reflexión teológica de la tora, los profetas y los escritos.

Pero en Jesús encuentran su asidero y concreción historizada y humanizada.

Se dijeron los impíos razonando equivocadamente

La autosuficiencia de criterios para juzgar es un género de impiedad. Creer que se sabe todo y atenerse exclusivamente a su propia evidencia, sin otro análisis, sin consulta.

No se trata necesariamente de una muestra de irreverencia, o de la poca frecuencia en muestras de piedad religiosa.

Lo básico de la piedad es la identificación con el mensaje de salvación, con la Palabra, con el Reino: amar a Dios y al prójimo aunque sea enemigo. Y no exclusivamente, pero sí preferencialmente, a los excluídos.

Los pensamientos y juicios que brotan de esa impiedad yerran, aun cuando las apariencias ofrezcan alguna imagen de éxito.

Veamos si sus palabras son verdaderas, comprobando el desenlace de su vida

El desenlace es una prueba, porque se muere como se vive. Jesús sin embargo no fue librado y murió apelando a su Padre; y fue resucitado.

Está en nuestras manos cómo queremos pasar esa prueba: viviendo coherentemente nuestra fe cada día.

En las escrituras se da un bosquejo, un perfil de competencias, de quién asumirá un rol mesiánico, salvífico y redentor.

Surge la duda sobre hasta dónde lo narrado sobre Jesús es historia o midrash: actualización de la escritura en un momento concreto. Y cuanto de acontecimiento histórico le sirve de base.

no conocen los secretos de Dios, no esperan el premio de la virtud ni valoran el galardón de una vida intachable.

La mentalidad escèptica, agnóstica e iconoclasta de algunos hoy, pareciera provenir, entre otras, de causas como la impaciencia,desilusión, frustración, intolerancia.

En todo caso son como soldados que se fatigan de luchar, de vivir la tensión del combate, y desertan. Todos los creyentes activos debemos ver en ellos un alerta a nuestra propia tentación de deserción.

Pero también podría tratarse de mejores combatientes que pasaron a una lucha distinta: creer desde la increencia, sin apoyos dogmáticos, doctrinales, magisteriales. Un olimpo de hidalguía y nobleza, que no espera el placebo de la vida eterna.

Es una rebeldía, hermosa de contemplar, pero con grandes riesgos de afrontar una muerte casi suicida. Porque creer desde la increencia puede ganar más para la incredulidad que para la fe auténtica.

Quizás la llamada soberbia de los ángeles caídos es su buena fe en creer que podían actuar algo mejor con su rebeldía, para servicio de la gloria del verdadero Dios, y no como los demás que creian en la obediencia de la fe.

Cuánto influye en nuestra existencia la fe en un último estadio junto al Señor.?

Sólo así lo que Jesús ha vivido y testificado por nosotros tendrá significación.

Sólo así escaparemos al reproche sobre la alienación que nos acarrea creer en este fin, porque nos desconecta del curso de este mundo.

Si nuestra conducta es justa porque está animada por la esperanza del Señor, entonces contribuirá a un mundo mejor y mantendrá la fortaleza en las pruebas de la vida.

Salmo responsorial: 33



REFLEXIÓN

Cuando uno grita, el Señor lo escucha / y lo libra de sus angustias

No siempre es cuestión de gritar: pero la esperanza está en el clamor que sube al cielo, por parte de los sometidos a alguna forma de opresión, aun venida de propia mano.

El Señor está cerca de los atribulados, / salva a los abatidos.

El evangelio es buena noticia porque abre el compás de ésta cercanía de Dios.

Es emmanuel porque se acerca a los pecadores oprimidos, no sólo a los justos.

La experiencia de la iniquidad, sin un fin previsible, en la que podemos –queriendo o no- ser cómplices, es la oportunidad salvífica para experimentar el mal del mundo, su pecado, y abrirnos a la sanación y perdón.

Se acerca a los que tienen verdadera necesidad, como el enfermo del médico.

Aunque el justo sufra muchos males, / de todos lo librará el Señor

En el giro ordinario de una historia particular el justo o el pío, vive librado de muchos males por la protección del Señor.

Eso no excluye las pruebas, que pueden sobrevenir, como oportunidades de amor y crecimiento en el Señor.

Ni se trata de una protección garantizada a prueba de fallo, hagamos lo que hagamos, porque nuestras malas decisiones son las que acarrean malas consecuencias con frecuencia.

Él cuida de todos sus huesos, / y ni uno solo se quebrará.

Mencionarlo en los evangelios muestra que Jesús llena el perfil de la Palabra y que su suerte está en manos del Señor que cuida de él.

Juan 7,1-2.10.25-30



REFLEXIÓN

En aquel tiempo, recorría Jesús la Galilea, pues no quería andar por Judea porque los judíos trataban de matarlo.

No estaba en el ánimo de Jesús dejarse atrapar en cualquier momento, sino cuando su Padre lo decidiera.

yo no vengo por mi cuenta, sino enviado por el que es veraz; a ése vosotros no lo conocéis; yo lo conozco, porque procedo de él, y él me ha enviado

Jesús muestra que conoce, mientras quienes lo conocen, muestran desconocer al veraz.

Es una tomografía computarizada del conocimiento ignorante del mundo, frente al verdadero conocimiento que nos aporta la Palabra por fe.

Por eso los creyentes cuando se fían del conocimiento que viene del Espíritu, leen los acontecimientos con una visión contemplativa donada por el Espíritu Santo.

Esa lectura es todo un estilo de vida piadoso, pío en el sentido antes mencionado en la primera lectura.

Sus efectos son la esperanza, la serenidad, la paciencia, y sobre todo, el anhelo de la mayor gloria de Dios.

Cuando el ejercitante, con la gracia del Señor, ha profundizado en los ejercicios ignacianos, emerge con ese estilo de vida contemplativo del ágape, que acarrea la mirada iluminada de la historia corriente.

En lo sicológico nos podremos perturbar, pero por la fe vivenciamos un fondo de conocimiento del Misterio.

En Jesús de nazaret creemos obtener el acceso al Dios desconocido y desconcertante. No es más una divinidad ambivalente, entre amor y odio, sino todo amor, como un Padre único.

Una madre animaba a su hijo en agonía. Le afirmaba el amor de Dios, mayor que el de ella, quien lo había acompañado en todo el proceso de su enfermedad y lo animaba a entregarse confiado a ese amor. La propia madre era mensajera de un mejor amor que el suyo.

Si alguien sabe cómo amar a un hijo es la madre. Que ella salga voluntariamente del foco del protagonismo, para que la gloria del amor de Dios resplandezca, significa un testimonio relevante.

todavía no había llegado su hora.

Se mostraba unido al designio del Padre, de quien depende la hora postrera.

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