San Mateo apóstol
Efesios 4,1-7.11-13
1Pablo, apóstol de Cristo Jesús por (mediante) la voluntad de Dios: A los
santos que están en Efeso y que son fieles en Cristo Jesús: 2Gracia y paz a ustedes de parte de Dios nuestro Padre y del Señor
Jesucristo.
3Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha
bendecido con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo. 4Porque Dios nos escogió en Cristo antes de la fundación del mundo, para
que fuéramos santos y sin mancha delante de El. En amor 5nos predestinó para adopción como hijos para sí mediante Jesucristo,
conforme a la buena intención de Su voluntad, 6para alabanza de la gloria de Su gracia que gratuitamente ha impartido
sobre nosotros en el Amado. 7En El tenemos redención mediante Su sangre, el perdón de nuestros pecados
según las riquezas de Su gracia. 11También en El hemos obtenido herencia, habiendo sido predestinados según
el propósito de Aquél que obra todas las cosas conforme al consejo de Su
voluntad, 12a fin de que nosotros, que fuimos los primeros en esperar en Cristo (el
Mesías), seamos para alabanza de Su gloria. 13En El también ustedes, después de escuchar el mensaje de la verdad, el
evangelio de su salvación, y habiendo creído, fueron sellados en El con el
Espíritu Santo de la promesa
COMENTARIO
el prisionero por el Señor
Pablo
reconoce su condición: es prisionero. Reconoce la causa: por el Señor, por
seguirlo y anunciarlo.
Reconoce
su motivación: por el Señor, por compartir su suerte, por asemejársele, por ser
elegido para estar cerca de Él.
Más
adelante en la historia irán surgiendo muchos otros animados y motivados por
tal semejanza, como si fuera una gloria, una condecoración, un renombre.
Gente
así construye el reino.
andéis como pide
la vocación a la que habéis sido convocados
Andar se
trata de conducir la vida en sentido ético, tomando decisiones correctas,
buenas y felices en consecuencias para todos.
humildes y amables, sed comprensivos,
sobrellevaos mutuamente con amor; esforzaos en mantener la unidad del Espíritu
con el vínculo de la paz.
Esta es
una contribución a la paz, a la ciudadanía democrática, pluralista, equitativa
e inclusiva.
esforzaos en
mantener la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz
Diligente
y fervorosamente promoviendo fraternidad.
Con una identidad cercana y clara que aproxima a los
miembros.
Podríamos reconocer un estilo de vida con estos valores en
muchos que hoy promueven la paz, tolerancia, inclusión, derechos humanos.
Sería más constructivo si en su activismo se reconociera y
explicitara con más énfasis aún este sentido de fraternidad, en tolerancia, en
unidad.
Para que podamos superar el sentido de desquite, de justicia
vengativa, insaciable en sus demandas de ojo por ojo.
Es decir
que la nueva evangelización, la evangelización en la cultura, quiere mostrar un
paradigma de estilo de vida alternativo a la cultura de muerte y violencia.
Pero
también, como Palabra de Dios, que corta por ambos lados de la daga,
sensibiliza a una autocrítica purificadora de motivaciones revanchistas y
fariseas.
Procura
la paz con esfuerzo, nuestra vocación y nuestra congruencia, porque trata de
luchar por el entendimiento y no la guerra.
Un Dios, Padre de todo, que lo trasciende
todo, y lo penetra todo, y lo invade todo
Se trata
de la experiencia del Dios inefable
Descubrimos
desde esta experiencia que aguardar a que se cumpla su voluntad desde la fe y
esperanza, para que incluya nuestra voluntad, significa una depuración,
purificación, un fuego cernidor que transforma en la medida de nuestra buena
disposición.
Los
motivos económicos, materiales, psicológicos, de aferramiento a lo material y
su seguridad, estarán siendo puestos a prueba, para transformarse en total
entrega a la confianza en su designio.
Es la experiencia
subjetiva que se objetiviza en una cosmovisión: un Dios Padre que ama salvando
el mundo en su Hijo, Jesús de Nazareth.
No está
al alcance del esfuerzo del ateo y anti-teo, porque es un don.
Pero es
una posibilidad también para ellos, escondida en el misterioso designio del
Señor, que late en la voz de sus conciencias.
para el perfeccionamiento de los santos, en
función de su ministerio, y para la edificación del cuerpo de Cristo; hasta que
lleguemos todos a la unidad en la fe y en el conocimiento del Hijo de Dios, al
hombre perfecto, a la medida de Cristo en su plenitud
Los
diferentes ministerios o servicios en el pueblo de Dios no son para lucrar,
sino para edificar.
Son
medios para luchar por la unidad de la paz.
De eso
se trata en el entramado de lo profundo.
Revisemos
si por egoìsmo y aferramiento no hemos edificado como debíamos.
En
familia, en amistad, en profesión, en vocación y servicio.
Más de
lo que quisiéramos, hemos estado por debajo de la raya.
Salmo responsorial: 18
COMENTARIO
sin que resuene su voz, / a toda la tierra alcanza su pregón
Una vez
terminó Jesús de hablar en su ministerio, calló y murió.
El Dios
Padre que en él hablaba calló y vivió con voz de Espíritu, que sin hablar
resuena en las palabras de los enviados, para alcanzar toda la tierra, y las
tierras si hay más vida fuera de ésta.
Debemos
considerar que no somos los creyentes los únicos mediante los cuales la Palabra
edifica el Reino.
Otros lo
hacen también, aun sin advertirlo, para confluir en un Cristo total, que en su
momento se dará a conocer plenamente.
Mateo 9,9-13
9Cuando Jesús se fue de allí, vio a un hombre llamado Mateo, sentado en la
oficina de los tributos, y le dijo: "¡Ven tras Mí!" Y levantándose,
Lo siguió.
10Y estando El sentado a la mesa en la casa, muchos recaudadores de
impuestos y pecadores llegaron y se sentaron a la mesa con Jesús y Sus
discípulos. 11Cuando los Fariseos vieron esto, dijeron a Sus discípulos: "¿Por qué
come su Maestro con los recaudadores de impuestos y pecadores?" 12Al oír Jesús esto, dijo: "Los que están sanos no tienen necesidad de
médico, sino los que están enfermos. 13"Pero vayan, y aprendan lo que significa: 'MISERICORDIA QUIERO Y NO
SACRIFICIO'; porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores."
COMENTARIO
vio Jesús al pasar a un hombre llamado
Mateo, sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo: "Sígueme."
Estaba
este publicano haciendo lo que podía, mas no lo que debía.
Tal como estaba, cobrando impuestos
le llegó el llamado.
Pero para seguirlo tuvo que
levantarse de su puesto de opresión.
No debía continuar cobrando
impuestos. No era congruente.
No era así como iba a
evangelizar y promover la fraternidad.
Mateo
como Pablo y otros apóstoles hacía lo suyo en el momento que la Palabra impactó
en su vida y trastornó su existencia.
Trastornar nuestra vida en su
derrotero insignificante para tornarlo significativo y enriquecido constituye
la misión de la Palabra.
El
llamamiento del Señor que nos desubica no se dará sin nosotros, porque es una
invitación, no una imposición.
Y, estando en la mesa en casa de Mateo, muchos publicanos y
pecadores, que habían acudido, se sentaron con Jesús y sus discípulos.
Eran las
amistades y conocidos de Mateo, de su misma calaña probablemente. Los malos
amigos, la gente perdida, los contaminados contaminantes, quienes debían ser
puestos aparte para no dañar al resto.
Los fariseos, al verlo, preguntaron a los
discípulos: "¿Cómo es que vuestro maestro come con publicanos y
pecadores?"
Hoy
diríamos que bebe, rumbea, hace vida común y amistosa con gente de mala nota.
Una cosa es sentarse y comer con
ellos y otra llamarlos para seguirlos. Otra además, es prescindir de los
criticones.
Unos para sanar, otros para
evangelizar,y otros para dejar que se cuezan en su propia salsa de
malidicencia.
No todos los sanados están en
condiciones de seguir a Jesús en su ministerio. Hay quienes siguen más de
cerca. Tal selección es un misterio.
Jesús lo oyó y dijo: "No tienen necesidad de médico los sanos,
sino los enfermos. Andad, aprended lo que significa "misericordia quiero y
no sacrificios": que no he venido a llamar a los justos, sino a los
pecadores."
Son los
que descubren y aceptan gustosos el aporte que Jesús puede hacer a sus vidas.
Pecadores
con inquietud de justos, no justos con actitudes de pecadores, de las que no se
quieren dar cuenta.
Éstos
arrojan su maldad en otros como si fuera un conjuro de liberación.
Jesús lanza una proclama
semejante a la del evangelio de Juan en el caso de la adúltera : quien se vea
sin pecado que tire la primera piedra.
La
llamada general para pecadores es redentora, porque pretende sanarnos, y nos
convoca además a sanar otros y otras.
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